Esa frase de que Colombia es un país al revés, por estos días se ha materializado y lo vemos en homenajes tan faltos de sentido y de solidaridad con las víctimas, como la del pasado viernes, donde por un momento uno de los asesinos más grandes de la historia el «Mono Jojoy» fue enaltecido y aclamado como héroe.

El cinismo de las Farc, ha alcanzado niveles exorbitantes, pues de frente y sin temor alguno, le ha demostrado a los colombianos y al mundo entero, que no van a cumplir con lo pactado en la Habana.

En primer lugar, el tema de los bienes de las Farc, si bien no ha sido el más polémico, si se trata de un engaño gigantesco para el país, donde el Gobierno se presta como cómplice para ayudar a esconder las riquezas que no solo no les pertenece, sino que son fruto de un sin número de actividades ilícitas y que además bajo la figura de «normalización de activos’ buscan «legalizar» para que luego, muy campantes ellos, puedan hacer uso de estos, de diferentes maneras.

¿Esto es acaso justo con el país? De que otra manera pretende favorecer a los guerrilleros, no les basta con todo tipo de concesiones hechas, para que ahora vengan a abusar de la imaginación y se inventen retorcidas maneras de premiar y seguir premiando a estos delincuentes.

Al principio, creíamos que se trataba de un Presidente indolente e indiferente, pero ahora, vemos un mandatario que le vendió el alma a las Farc, que de una forma macabra lucha a diario por darnos golpes más fuertes a los colombianos, con cada movimiento favorecedor a las actividades delictivas de este grupo, ahora disfrazado y justificado por lo que conocemos como «las disidencias»

Este Gobierno prepotente, que a pesar de los pésimos resultados en la lucha contra los cultivos ilícitos, se atreve a decir que mientras exista consumo va a haber producción, es el mismo que durante 8 años se dedicó a planear la manera del blindar el narcotráfico, armándose de excusas para no asumir el papel de Colombia en la lucha contra los ilícitos y de esta manera, no quitarles el negocio a sus camaradas.

Este mandatario que se niega a reconocer que las Farc siguen siendo un grupo terrorista de talla internacional y no se atreve a aplicar las sanciones necesarias al ver que las Farc no están cumpliendo con lo pactado, por ejemplo ¿dónde están las rutas del narcotráfico para evitar repetición y colaborar con la justicia? Qué casualidad que Colombia nada en Coca y ellos no tienen ni rutas, ni información.

Hoy vemos delincuentes pasando por mártires, diciendo que hay una campaña de odio contra ellos, ¿campaña? Campaña la de ellos enviando a sus terroristas a universidades para convencer a los jóvenes de que la sangre que marcó la historia de nuestro país no tiene nada que ver con ellos, de que sus asesinos, no son tan malos y de que el negocio de la droga era solo un sustento.

Hoy el pueblo colombiano le responde a estos asesinos, que mientras estén sentados sobre millones de muertos, sin pagar por las atrocidades cometidas, sin colaborar con la justicia, sin entregar las rutas del narcotráfico ni los bienes, no esperen un sentimiento diferente.

Por último, mientras insistan en celebrar, homenajear, enaltecer y exaltar criminales, no pretendan que Colombia les crea sus buenas intenciones o disculpas mentirosas, porque para santos como ustedes, ya el país vivió en carne propia un remedo de Presidente.

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Redacción Minuto30

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