He escuchado de manera reiterada en el ambiente político y en el de las redes sociales, que hacer críticas constructivas y analíticas al gobierno de Iván Duque es la mejor manera de montar a la izquierda en el próximo periodo presidencial.

También se escucha que el presidente tienes buenas intenciones, que es un hombre honesto y comprometido, que tiene las manos atadas, que él le apuesta a la legalidad, que no se le debe criticar y que es preciso dejarlo gobernar.

Sobre la base de estos conceptos y otros como los insultos en las redes, producto de la polarización que le ha traído al país el manejo de la paz, discurre la vida del país y se afianzan las ideas de la opinión pública, muchas veces en contravía de la verdad de lo que pasa en las altas esferas del gobierno y del poder.
Si algo enaltece el debate político, es la crítica constructiva.

El análisis fundamentado y respetuoso de los argumentos, siempre debe ser bienvenido en las mentes estructuradas donde el concepto de la democracia prima. Nada más dañino para la democracia que no resaltar sus errores estructurales, hacer caso omiso de ellos lo es aún más y creerse sus propias mentiras, solo para alimentar fanatismos partidistas o ideológicos, es tal vez el principal fundamento para que se geste la anarquía, cuyos resultados ya van tomando la delantera y lejos, en nuestro país.

El presidente Iván Duque argumenta en su primer año de gobierno sentirse satisfecho de sus ejecutorias, en contraposición de su impopularidad cercana ya al 80% y a la que no le da ninguna importancia, ni relevancia y así lo afirma en sus entrevistas, dejando claro con su actitud que se gobierna de espaldas al sentir del clamor popular y de la realidad de los problemas de la nación que nadie como el pueblo siente de primera mano.

Por supuesto que el presidente y su equipo, trabajan con el fin de llevar a cabo el programa de gobierno y eso es necesario reconocerlo, hay compromiso, hay ganas, pero no hay resultados importantes. Se quiere nadar rápido, pero en arena movediza.

Ningún programa de gobierno puede salir adelante y ser exitoso si se desconoce la problemática y el contexto en la cual esos programas quieren hacer mella. Sin duda hay ideas y programas del gobierno que resultan interesantes.

¿La gran pregunta es, se pueden hacer realidad esos programas con la actual problemática institucional?

La labor restaurativa de la institucionalidad es fundamental, si se quiere que cualquier programa de gobierno tenga algún eco en las actuales circunstancias. Por más brillantes que sean los proyectos, si el terreno no es el adecuado jamás tendrá los frutos esperados. La institucionalidad del país está en una crisis muy profunda y para su restauración no se está haciendo lo suficiente o casi nada.

Que lo fundamental funcione es la única prioridad sine equa non.

Lo anacrónico es lo que se hace a destiempo y me parece que todo lo que quiere hacer Duque en este momento, sin haber hecho las restauraciones y cambios que se requieren en todos los poderes del estado, se pueden tornar únicamente grandes ilusiones sin resultados.

Gran labor haría Duque si se dedicara únicamente en este momento de la historia de Colombia a restaurar las instituciones del estado y no solo en materia de trámites. Solo con hacer eso pasaría a la historia.

Ese sería un proyecto que le agradecería muchísimo esa gente que lo desaprueba en las encuestas.

En el sentir popular la gente quiere que la ley funcione, que haya justicia y en consecuencia que haya seguridad, que haya autoridad y eso no se ve por ningún lado.

El hampa se tomó las calles y a los hampones se les dio pasaporte especial para que sigan delinquiendo. El que niegue esa realidad está ciego. La gente necesita empleo y mucho más la más necesitada y solo se ven fronteras abiertas para quitárselo.

La corrupción sigue rampante y el gobierno nombra corruptos como gran ejemplo para que se consolide. No se está dando ejemplo y así es muy difícil.

Presidente dedíquese a lo fundamental, como decía y argumentaba con lujo de detalles el inmolado líder conservador. Ya en vano paso un año, un 25% de su gobierno y los cambios no se ven y no dan tregua. El pueblo cada vez está más descontento, no aliente más esa percepción.

A usted lo elegimos para que restaure al país y no para que se haga más de lo mismo. Queremos resultados palpables.
Con seguridad lo que más afianzará los anhelos de la izquierda de llegar al poder no será la crítica al presidente Duque, sino su deficiente desempeño.

Al gobierno se le debe exigir, eficiencia, eficacia y resultados.

@PoliticaPuntual

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Redacción Minuto30

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