El papa Francisco recorre las calles de la ciudad hoy, domingo 10 de septiembre de 2017, en Cartagena (Colombia). EFE

El papa Francisco recorre las calles de la ciudad hoy, domingo 10 de septiembre de 2017, en Cartagena (Colombia). EFE

El papa Francisco rindió homenaje hoy en Colombia a san Pedro Claver, el misionero jesuita español, que ofreció su vida a defender a los esclavos africanos que llegaban como mano de obra a las costas de Colombia y que le sirvió para hacer una llamamiento ante los marginados de nuestros tiempos.

Francisco eligió la turística Cartagena de Indias en su viaje de cinco días a Colombia porque allí se encuentra la casa de san Pedro Claver, donde el misionero acogió a los esclavos y que ahora alberga las reliquias del santo y que también ha servido como escuela y hospital.

Actualmente es una casa museo y una iglesia donde reposan los restos del santo y donde Francisco se detuvo en oración algunos instantes.

El papa visitó el santuario, rezo ante los restos del santo y allí también encontró a representantes de la comunidad afrocolombiana, que aún sufre el rechazo y la marginación en Colombia.

A san Pedro Claver Francisco dedicó su discurso antes del rezo del Ángelus dominical desde la plaza que lleva el nombre del santo.

Sobre el santo nacido en Verdú, en Lleida, en Cataluña (España), explicó que el jesuita se hizo llamar «esclavo de los negros para siempre» y que esperaba las naves que llegaban desde África al principal mercado de esclavos del Nuevo Mundo.

«Muchas veces los atendía solamente con gestos evangelizadores, por la imposibilidad de comunicarse, por la diversidad de los idiomas. Sin embargo, Pedro Claver sabía que el lenguaje de la caridad y de la misericordia era comprendido por todos», explicó.

«Incluso cuando repugnaban, porque pobrecitos venían en un estado terrible, él les besaba las llagas», agregó.

Recordó que murió solo, que fue criticado por los esclavistas y que enfermó y murió en un estado de total abandono.

Pero su ejemplo sirvió para recordar que «todavía hoy, en Colombia y en el mundo, millones de personas son vendidas como esclavos, o bien mendigan un poco de humanidad, un momento de ternura, se hacen a la mar o emprenden el camino porque lo han perdido todo, empezando por su dignidad y por sus propios derechos».

Y entonces llamó a «trabajar por la dignidad de todos nuestros hermanos, en especial por los pobres y descartados de la sociedad, por aquellos que son abandonados, por los emigrantes, por los que sufren la violencia y la trata».

El santo de los «Derechos Humanos» Nació en Verdú, en la provincia de Lleida, en Cataluña, en 1580 y a sus 19 años, tras graduarse en la Universidad de Barcelona, decidió entrar a la Comunidad de los Jesuitas en Tarragona y hacerse misionero.

Se embarcó en 1610 hacia el Nuevo Reino de Granada, vivió en Santa Fe de Bogotá y Tunja y luego llegó a Cartagena donde es ordenado sacerdote el 20 de marzo de 1616.

Allí conoció la injusticia de la esclavitud, ya que por entonces Cartagena, era un lugar estratégico de las flotas españolas para hacer llegar a esclavos africanos y dedicó su vida a socorrerles y ayudarles.

Falleció el 9 de septiembre de 1654 y fue canonizado el 15 de enero de 1888 por el papa León XIII. Cartagena (Colombia), 10 sep (EFE)

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Redacción Minuto30

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