Iniciando la recta final del mandato de Santos, la opinión pública se siente cansada de tantas promesas que no se cumplieron y de tantas mentiras que quedaron al descubierto. Todo esto llevó a un clima de desconfianza entre la sociedad y su gobernante, expresándolo de esta manera a través de las encuestas como el peor Presidente de Colombia, desde que se califica la aprobación de los mandatarios. Nunca antes un gobernante de Colombia llegó a una aprobación de 12% en las encuestas y con una tendencia a la baja, que llegará probablemente a cifras de un digito.

Si analizamos detenidamente la situación nacional encontraremos que es más que justa la bajísima aprobación al gobierno actual, Colombia llegó a los índices más altos de manifestaciones en todos los sectores en los últimos 40 años, en este aspecto social tuvimos paros en casi todos los sectores de la sociedad; maestros, justicia, trasporte, agricultores, puertos, aviadores, empleados púbicos, LGBTI, paros departamentales y grandes marchas en contra de los acuerdos con las FARC, etc. Nunca antes un Presidente había generado una polarización tan radical de un país que fracturó todos los estratos sociales.

En materia Económica, Colombia contrajo su economía pasando de un crecimiento económico entre el 5% y 7% en la primera década del siglo XXI, a un vergonzante 1.1% del último trimestre de 2017. Pasamos de una inversión extranjera directa de 18.000 millones de dólares en 2010 a unos 12.000 millones en 2016, grandes empresas internacionales de muchos sectores: comercial, bancario, minero energético, telecomunicaciones, etc., emigraron del país, por falta de garantías jurídicas y un ambiente político hostil.

La deuda pública de Colombia pasó de 45% del PIB en la década pasada, a un 56% para el año 2016. Todas estas cifras desalentantes se consolidaron con la deuda externa más grande en la historia de Colombia que nos deja Santos, llegando a la cifra record de 129. 6 billones y para rematar con las reservas de petróleo probadas más bajas, jamás registradas de 1500 millones de barriles de petróleo, equivalentes a 5 años de abastecimiento nacional. Este es el panorama económico traumático de un país que quedó empeñado por la corrupción, malos manejos y despilfarro de recursos en un proceso de paz, donde se arrodilló un gobierno a los terroristas.

En el ámbito político no puede ser más desconcertante el país que nos dejará el peor Presidente de la historia de Colombia, el Congreso termina su legislatura como la organización publica más desacreditada del Estado colombiano, donde legisló para un Presidente impopular y se alejó de los verdaderos intereses del país, sin contar los innumerables escándalos de corrupción de muchos de sus miembros pertenecientes a los partidos de la unidad nacional. Las altas cortes perdieron su independencia y se sumaron a la moda de la mermelada de contratos y puestos, instaurada por el gobierno de Santos y fueron un apéndice más de la corrupción política del Presidente y los partidos afines al mandatario.

El frágil liderazgo político del Presidente le abrió la puerta a la entrada del grupo terrorista de las FARC a la política, rompiendo todos los valores democráticos y desconociendo la constitución política, llegando al punto más infame de nuestra historia reciente, de desconocer los resultados de un Plebiscito que dijo NO a los acuerdos con los criminales.

Toda esta sumatoria de factores sociales nos deja un país invadido por el narcotráfico con más 188 mil hectáreas ( la más alta cifra en historia), corrupción en todos los niveles públicos y privados, miles de bandas criminales, extorsiones en casi todos los municipios, y lo peor aún, la entrada del Socialismo a la política, con unas FARC envalentonadas, asistiendo a eventos sociales como los líderes del momento, con un espacio político garantizado en el Congreso, con un retaguardia militar asegurada , ya que entregaran 7.000 armas y la inteligencia del ejército afirma tener unas 20.000, además la entrega solo de los hombres en combate y dejando como su reserva criminal más de 10.000 milicianos, con el respaldo económico para financiar su guerra, con los más de 10.500 millones de dólares, que la ubican por las agencias internacionales como el tercer grupo terrorista con más ingresos y entregando solo 400 millones de dólares detectados por la fiscalía.

Este es el oscuro panorama que nos dejará el Presidente más impopular de la historia, pero todo absolutamente todo podremos cambiarlo por un futuro mejor para Colombia en las elecciones de 2018. Si no nos equivocamos otra vez!

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Redacción Minuto30

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