Una bomba estalló a las 5:15pm del sábado a vísperas de la celebración del día del padre, en el Centro Comercial Andino, ¡en el baño de mujeres!, porque los responsables de un acto tan vil y cruel debían hacerlo con toda la bajeza del caso.

Las noticias empiezan a ser conocidas y de repente retrocedimos décadas, donde el terror en las calles era algo normal en los 90´s y principios del 2000. Bastaba con ver la cara de perplejidad del Alcalde Enrique Peñalosa para entender lo que estaba pasando, un hecho que nos tomó a los bogotanos por sorpresa, que nos llenó de desilusión y frustración. Los bogotanos estamos de luto, un luto que nos recuerda que con el terrorismo no se hacen concesiones, ante el terrorismo nadie se arrodilla, porque de un terrorista nada se puede esperar.

El atentado ha levantado voces de solidaridad en todo el país, provenientes de todos los sectores políticos, hacia las víctimas y las familias afectadas, no es para menos, pero también es un hecho digno de ser repudiado por toda la sociedad, sin embargo pareciera que hacerlo es sinónimo de oportunismo político para muchos. El país de lo insólito.

Este tipo de actos terroristas son la respuesta de los criminales frente a la impunidad, quienes los cometen no tienen nada que perder, es más, tienen todo que ganar hasta podrían llegar un día a sentarse en el Congreso de la República, en el peor de los casos quedarán en libertad como el autor responsable de la bomba del Club el Nogal en el 2003. El país de lo insólito.

Entre el 2016 y el 2017 han habido alrededor de 10 ataques terroristas en Bogotá, incluyendo el del pasado fin de semana en el Centro Comercial Andino, sumemos a estos hechos el secuestro de los dos periodistas holandeses en el Catatumbo a manos del ELN, en Colombia donde todos los días se habla de paz, la situación de inseguridad cada vez es más crítica. El país de lo insólito.

Han pasado tres días desde los terribles acontecimientos, la incertidumbre crece con el pasar de las horas, la sensación de engaño cada vez se acentúa más en el ambiente, un país como Colombia que ha estado golpeado por el terrorismo durante tantos años, es un Estado experto en investigación y esclarecimiento de este tipo de actuaciones, sin embargo, pareciera que en uno de los Centros Comerciales con más cámaras y esquemas de seguridad, las autoridades han logrado sólo publicar dos retratos hablados de los presuntos responsables. ¿Nos dirán la verdad? El país de lo insólito.

Soy bogotana y me declaro oportunista, porque exijo que no haya impunidad, exijo paz verdadera en mi ciudad, y exijo justicia para quienes cometen actos terroristas. Es preferible ser tildado de oportunista político, que ser confundida con los cómplices del terrorismo. Creo en la paz y creo en la justicia.

@bonnie_arp

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Redacción Minuto30

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