El primer Mundial en tierras africanas muestra por ahora una mejor adaptación de las selecciones sudamericanas que de las de cualquier otro rincón del mundo.

Argentina - SurCorea.

Con parte de la segunda fecha ya disputada, el resultado acumulado de los encuentros de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay muestra cinco victorias, dos empates y ninguna caída. Si se la compara con otros arranques, resulta la mejor marca de la historia.

Chile - Honduras

Este comienzo supera en efectividad a la que hasta ahora era la mejor marca, en México 70, cuando Brasil, Perú y Uruguay -Argentina no se clasificó- acumularon 4 triunfos y 3 igualdades en los primeros siete partidos.

Forlán.

Había estado también cerca el último Mundial, el de Alemania, cuando hubo cinco victorias pero también dos caídas (ambas de Paraguay, ante Inglaterra y Suecia). Todo esto, claro, está muy lejos del desastre de Alemania 74: sin éxitos en los primeros partidos, con cuatro empates y tres caídas. Y también del de peor efectividad, Italia 34, cuando sólo se presentaron Argentina y Brasil y fueron eliminados en su primer partido con sendas derrotas.

Kaka, Robinho.

Argentina es por ahora el principal motivo de este récord, con sus dos victorias en igual cantidad de partidos en Sudáfrica. Los únicos empates fueron los de Uruguay ante Francia y de Paraguay ante Italia -cerca estuvo de ser también victoria- en sus respectivos debuts.

Paraguay - Italia.

Es difícil precisar razones para este comienzo casi perfecto de los sudamericanos. Una podría ser el nivel parejo de los equipos del subcontinente, que se demuestra también en la complicada eliminatoria que hay que sortear para clasificarse al Mundial.

Otros hablan de las cuestiones climáticas y el hecho de llegar desde el frío, aunque también es cierto que muchos de los futbolistas de las selecciones sudamericanas juegan en Europa y sufrieron el cambio de clima tanto como sus colegas holandeses, españoles o eslovenos.

Pero si se quiere ignorar eso, también se puede pensar en un indicio positivo: el último campeón de un Mundial jugado en invierno fue Argentina, en 1978. Acaso sólo una casualidad, aunque muchos con el recuerdo de Passarella alzando la Copa quieran que la temperatura baje todavía más.

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Redacción Minuto30

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