La identidad de la empleada del Sofitel de Nueva York que denunció al hoy ex director del FMI por agresión sexual es el secreto mejor guardado del caso. Sabemos por su abogado que tiene 32 años, una hija de 15, que ambas llegaron a Estados Unidos hace siete años procedentes de Guinea y que es considerada una empleada ejemplar.

Es el caso del periódico francés ‘La Provence’, que en su información sobre el suceso muestran la imagen, burdamente censurada, de una joven de color, sonriente, piel clara y cabello teñido de rubio. Es imposible contrastar el original: poco después, el perfil de Ofelia F. era dado de baja en Facebook.
Otro medio francés, el veterano ‘Le Figaro’, se lanza a la piscina: ‘Ofelia’ no sería su verdadero nombre, sino Nafissatou D.; mide un metro ochenta, vive en el Bronx, y sus vecinos la consideran “tranquila” y “buena”. También sería musulmana practicante.
Un amigo, citado por su abogado, asegura que ella no supo quién era el hombre al que había denunciado hasta que hablaron por teléfono al día siguiente.
El primero en hablar con ella, sin embargo, fue su hermano, cerca de una hora después de que ocurriera la presunta agresión. Según cuenta al ‘Daily Mail’, nada más coger el auricular la oyó gritar ente sollozos: “¡Alguien me ha hecho algo horrible!”
Con información de es.noticias.yahoo.com
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