En una sesión histórica, dominada por la expectativa sobre el resultado hasta el momento de la votación, el Senado aprobó esta madrugada el proyecto que avala el matrimonio gay. De esta forma, la Argentina se convirtió en el primer país de Latinoamérica en avalar el casamiento entre personas del mismo sexo.

El proyecto se impuso por 33 votos a favor, contra 27, y tres abstenciones, luego de 14 horas de debate. El resultado desató la euforia de los manifestantes que, pese a la ola polar que estremece a la Ciudad, realizaron una vigilia en la Plaza de los Dos Congresos.

La sesión comenzó a las 13.15 y de inmediato ingresó en una fuerte polémica entre los opositores que se sintieron agraviados por la decisión del presidente provisional del Senado, José Pampuro, de aprobar la impugnación presentada ayer por el titular del bloque oficialista, Miguel Pichetto, quien eliminó del debate el tratamiento del despacho a favor de la unión civil.

Las quejas fueron resueltas tras derivar las cuestiones de privilegio planteadas para que sean estudiadas en la Comisión de Asuntos Constitucionales. El sorpresivo vuelco de los oficialistas Luis Vianna y Daniel Pérsico, quienes se esperaba que votaran a favor del proyecto, le agregó más expectativa al avance de la sesión.

Vianna figuraba como posible ausente por estar en uso de una licencia por enfermedad. Pérsico, en tanto, era contado por algunos como «indefinido» y por otros como proclive a votar junto a las posiciones del gobierno.

En medio de esta noticia, la rionegrina María Bongiorno, quien había anunciado que se oponía al despacho aprobado por Diputados, dijo en su discurso que se abstenía.

El senador nacional por Misiones, Eduardo Torres, se manifestó a favor de la iniciativa. Integrante del bloque Frente Renovador de la Concordia, dijo que «la única diferencia que existe con los gays es que ellos tienen menos derechos» que los heterosexuales. «No acepto la discriminación que se da en diversas partes de la sociedad», afirmó.

En el mismo sentido lo hizo Victoria Blanca Osuna, senadora por Entre Ríos de la Alianza Frente Justicialista. «No son cuestiones religiosas o morales las que están acá en juego. Estamos planteándonos la responsabilidad que tiene la democracia con minorías discriminadas», argumentó.

Con justificaciones similares respaldaron el proyecto los oficialistas Liliana Fellner, Lucía Corpacci y Pedro Guastavino. También el radical Alfredo Martínez, quien fustigó al cardenal Jorge Bergoglio por sus declaraciones en contra del matrimonio gay.

«Soy un hombre católico, no practicante. Pero me casé, tengo hijos y están bautizados y me sentí avergonzado de las palabras de quien tendría que ser mi pastor. Monseñor Bergoglio no debió haber dicho que la envidia del demonio es la que está dentro de esta ley», sostuvo Martínez.

José Cano, senador de Tucumán por el Frente Cívico y Social, se expresó en contra. Dijo que la decisión de la comisión de Legislación General de realizar audiencias en las provincias «fue un trabajo en vano porque no está planteada» la alternativa de la unión civil. «El pleno debería haber decidido si se habilitaba el tratamiento de ese dictamen o no», agregó.

Desde el bloque Peronismo Federal, Hilda González de Duhalde rechazó la iniciativa. y cuestionó al gobierno nacional por imponer en el Parlamento «situaciones extremas» en «temas que no son urgentes».

«No tenemos que discriminar la elección sexual del hombre y la mujer, pero ahora estamos hablando de matrimonio, que es algo muy diferente», afirmó la senadora por la provincia de Buenos Aires. Cerró sosteniendo que el día que «la Argentina garantice todos los derechos humanos», entonces sí podría analizarse el matrimonio homosexual.

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Redacción Minuto30

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