La suficiencia de algunos dirigentes de Boca hacía pensar que a estas alturas todo estaría resuelto. Hasta el mismo Jorge Amor Ameal se había puesto a la cabeza de las negociaciones para la renovación de Juan Román Riquelme. “El martes se cierra”, dijeron hace una semana. Sin embargo, todo sigue igual y la dilatada negociación ya no tiene pronósticos tan optimistas como hace un tiempo.

El acuerdo para la continuidad del enlace no llega. Riquelme, en tanto, va endureciendo día a día su posición. La última petición fue tan clara como inconveniente para el curso de las charlas entre su representante, Daniel Bolotnicoff, y los dirigentes. “Quiere cuatro años de contrato y nosotros le ofrecimos uno y medio”, afirmaron desde las oficinas de la Bombonera.

La realidad es que a medida que pasan los días, el jugador se encuentra cada vez más lejos de Boca. Es que mientras Ameal duda, desde Brasil, Cruzeiro avanzó en las negociaciones. El contrato que le habrían ofrecido es de una cifra sideral, imposible de pagar enel fútbol argentino. Riquelme fue claro para con los brasileños y les aseguró que si no se cierra el contrato con Boca antes del martes, aceptaría emigrar al club de Belo Horizonte.

Desde Ameal y compañía, en cambio, muestran una calma que a algunos los asombra. No sólo la negociación por el 10 está frenada, sino que no avanza lo de Martín Palermo (habrá una reunión el fin de semana) y Paolo Goltz y Matías Caruzzo no llegan. El chileno Alvaro Ormeño, por su parte, pidió un contrato largo y la dirigencia ya lo habría bajado. El único cerraría sería Christian Cellay.

Por eso, Claudio Borghi está preocupado. Cuando arranque el trabajo, la próxima semana, no tendrá los interpretes que piensa en su esquema ideal. Ahora deberá considerar también, que quizás no cuente con el hombre sobre el que pensó ese equipo. Sí, Juan Román Riquelme puede irse de Boca.

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Redacción Minuto30

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