El fracaso de la política antidrogas de Santos

El más reciente informe del Departamento de Estado de Estados Unidos señala que Colombia pasó a ser, de nuevo, el principal productor mundial de cocaína. Si, gracias a Santos, el país ocupa este deshonroso primer lugar. El reporte estima que la producción de drogas aumentó un 37%, pasando de 520 toneladas en 2015 a más de 720 toneladas en 2016.

La política antidrogas del Gobierno de Juan Manuel Santos es un total fracaso. Por cuenta del proceso de ‘paz’ con las Farc en La Habana, se prohibió la aspersión aérea con glifosato, la erradicación manual no es efectiva y el programa de sustitución voluntaria simplemente no funciona.

Y es que en Colombia pasamos de 40.000 hectáreas en 2010 a más de 188.000 hectáreas en 2016. Eso, al menos, dicen los estudios más conservadores. Sólo entre 2015 y 2016, según la ONU, los cultivos de droga se incrementaron en un 35%, cifra muy parecida a la del reciente informe anual de EEUU.

Hoy por hoy, las mal llamadas «disidencias» de las Farc, el ELN y las Bacrim están en su época de vacas gordas. En casi ocho años del Gobierno de Santos, los narcotraficantes han visto la prosperidad de un negocio que llena sus bolsillos de dinero mal habido, negocio que es el combustible de la violencia que se vive en el país.

La producción y consumo de drogas se propaga por cuenta del mal ejemplo con las Farc, al pactar con el terrorismo que el narcotráfico es un delito político para que sea premiado con impunidad y elegibilidad política. El incremento de cultivos ilícitos se volvió política de Estado para Juan Manuel Santos. En la dichosa «paz» de Santos, Colombia nada en coca y los principales narcotraficantes hoy son congresistas electos.

Urge un cambio de ruta. De los candidatos presidenciales, el único que es garantía de lucha frontal contra el narcotráfico es Iván Duque. Necesitamos un Gobierno que vuelva a la aspersión aérea de cultivos ilícitos, que combata con vehemencia a los narcotraficantes y modifique de los acuerdos el narcotráfico como delito político.

@andresportillo_