La pandemia del COVID-19, en principio evidenció los vacios existentes en el sistema nacional del deporte colombiano.

Durante el transcurso de los cinco meses de confinamiento, salieron a la luz otros problemas que, con el agite del día a día y el afán de andar apagando los incendios que se presentan por una mala planificación de los procesos, desviaron durante mucho tiempo la atención de las personas que, en la cotidianidad trabajan para generar desarrollo sectorial.

Históricamente estas personas que le entregan su vida al desarrollo social a través del movimiento corporal, han relegado las acciones estratégicas del sector a individuos que han priorizado en muchos casos, los intereses particulares, sobre los generales.

Enfrentar momento difíciles como humanidad, nos debe llevar a pensar que no solamente nos aquejan situaciones en este caso de salud pública, como personas, profesionales y especialmente como sector deportivo, necesitamos acrecentar nuestra consciencia individual y colectiva en pro del desarrollo de la sociedad a través del deporte, la actividad física y la recreación.

El mundo exige liderazgos renovados, que permitan a través de la sensibilidad e inteligencia social, replantear las formas y dar valor superlativo a la ética como principio fundamental de acción.

Hay que entender que las situaciones presentadas durante todo el año 2020, son nuevas para esta generación, ninguno de los que vivimos en la actualidad, habíamos tenido la oportunidad de enfrentarnos a un problema de salud pública mundial y mucho menos habíamos contemplado la posibilidad de incluir en nuestras planeaciones personales y corporativas, actividades para menguar los efectos negativos presentados a raíz de crisis como esta.

Pero no estar preparados y no haber vivido una experiencia si quiera parecida en años, no nos exime del requerimiento que hoy se agudiza en el deporte ¡Necesitamos una visión clara de desarrollo, con renovados liderazgos que busquen el bienestar común sobre el particular! Reabrir los escenarios deportivos, no puede apaciguar la capacidad reflexiva que se ha generado en muchos subsectores que hoy están buscando la forma de asociarse, deben plantearse nuevos espacios para el debate, que lleven a las entidades que hacen parte del sistema nacional del deporte a posibilitar aperturas a nuevas visiones de desarrollo.

El deporte colombiano no puede seguir viviendo de la informalidad y de la desconexión de los procesos formativos con el alto nivel de desempeño, nuestros deportistas y entrenadores no pueden seguir pasando necesidades mientras representan y dan gloria a nuestro país, debemos también acompañarlos en su etapa de retiro.

Nuestras instituciones deben de ser sostenibles en el tiempo y antes que una carga para el estado, deben convertirse en ese socio estratégico para el desarrollo social y la proyección profesional de quienes cuentan con el talento para representarnos en competiciones nacionales e internacionales.

La pandemia nos ha permitido observar de primera mano los sufrimientos de muchos jueces que viven de su participación en los eventos deportivos programados cada fin de semana, periodistas, personal logístico y demás que trabajan desde la informalidad, han experimentado el dolor de las necesidades básicas insatisfechas de sus grupos familiares.

Este es un llamado a la reflexión y a la acción, no es un escrito en contra de una entidad en particular, es un escrito que abre el debate acerca la funcionalidad que tiene hoy el sistema nacional del deporte y la oportunidad inmensa que nos da este momento histórico, para construir juntos un proyecto sólido que garantice a través de planes de inversión objetivos, sostenibilidad de las organizaciones y de quienes hacen parte de ellas en el tiempo.

Políticas públicas y privadas que marquen el horizonte de desarrollo del deporte a varios años, independientemente de las administraciones de turno, el desarrollo no se construye en tres o cuatro años, cada dirigente debe de respetar los procesos sectoriales de largo alcance en la medida que estos existan.

Unificar metodologías en procesos administrativos, iniciación formación y selección de talentos deportivos, dando siempre la posibilidad a la integración social de la población en general, pero con programas que permitan identificar los talentos para la proyección deportiva.

Estructurar los procesos y el entorno para el desarrollo del alto nivel de desempeño deportivo, Colombia debe de pensarse mediante procesos de desarrollo regional de acuerdo a las características genéticas de sus deportistas en cada zona del país.

La construcción de infraestructura coherente con el desarrollo, capacitaciones, eventos e investigaciones son algunos retos más que, como partícipes del crecimiento del sector deportivo, debemos garantizar para el crecimiento personal y profesional en el sector.

Ningún político o dirigente se va a interesar por el sector, si las personas que hacen parte del mismo, no comenzamos a trabajar en equipo y a construir una visión conjunta de desarrollo que posibilite sostenibilidad y mayor impacto de los proyectos en el tiempo. ¡Necesitamos apertura y nuevos liderazgos en el deporte colombiano!

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Redacción Minuto30

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