Un bálsamo para el triunfalismo mundialista

En su Fútbol Vibrante, el colega Pedro Gambetta –amigo de El Campanario—se deja venir con el que llama “un Globito Esperanzado”, acuñado con este titular:

El Campanario. Por Tomás Nieto2 app“Brasil no nos ganará”.

Sostiene elanalista que Colombia hizo frente a Uruguay el partido que demuestra para qué está en el Mundial de fútbol 2014: para ser campeón. Hace falta mucho, y lo más duro, y podemos serlo o no, pero el equipo está para disputar el título mundial. Pellízquese, pero créalo: Colombia puede ser campeón mundial de fútbol.

Los locales no son extraterrestres

Para Gambetta, Chile nos demostró que Brasil no es un equipo extraterrestre. Incluso siendo local y teniendo los árbitros a su favor, se le puede ganar. En el segundo tiempo Chile se la creyó, le quitó la pelota a Brasil y lo hizo ver chiquito. Y varias veces pudo ganarle, en especial con ese tiro en el palo de Pinilla, ¡a un minuto de terminar el periodo de adición!

En su sentir, hubiera sido un dolor insuperable para ciento noventa millones de brasileños, para el resto de generaciones y por los próximos siglos. Pero qué pena con ustedes: en todo caso tendrán que sufrirlo con nosotros.

El magnífico balance criollo

Colombia ha tenido un desarrollo ideal en el campeonato: en su grupo ganó sin discusión, con relativa tranquilidad. Viniendo de menos a más, y sin desgastarse, apenas en octavos de final le comienzan a aparecer los equipos grandes y exigentes. Y Uruguay no fue ese equipo.

Adicional a la natural presión de ser local, Brasil viene de un partido físicamente exigente, con el peso de que Chile le ha hecho ver vulnerable, en un partido que tuvieron que ganar como una final. Y aún tienen por delante varias finales, si es que nos ganan.

Un lastre que nosotros no tenemos

Según don Pedro, el problema de Brasil en éste y los próximos partidos (insisto: si es que nos ganan), será el estrés, mantener el nivel y manejar las emociones.

Allí los brasileños tienen una carga que Colombia no tiene: los importantes son ellos. En cuanto a nosotros, que llevamos dieciséis años fuera de la élite de los Mundiales, normalmente deberíamos perder con ellos. Así que, aunque ambicionamos quedar campeones, y tenemos con qué, perder con Brasil no es una idea que pueda presionarnos.

La presión está del lado de Brasil, y ese es otro aspecto a favor de nosotros, sobre el papel. Ahora falta jugar, demostrar en la cancha.

Si se nos da la victoria

Si le ganamos a Brasil, en lo restante del campeonato vamos a tener no sólo a todo Brasil apoyando nuestra ‘amarilla’, a cambio de la ‘canarinha’, sino a todo el mundo, porque representamos el juego alegre y atrevido, el «juego bonito» de un equipo desconocido que emerge en un Mundial de fútbol para ser protagonista. Y esa energía amorosa nos sirve.

Colombia tiene ‘aire en la camiseta’, viene con impulso, está tranquila, nunca ha ganado nada en un Mundial. Todo es ganancia para nosotros de aquí en adelante.

Mi oráculo dice que estaremos en la semifinal. Ya veremos. (Pedro Gambetta)

LA OJERIZA DE “MI DIOS ANTONIO”

En el puente festivo que acaba de pasar, los periodistas Héctor Arango y Jairo León García pusieron al descubierto los móviles de la ojeriza que le tiene al exitoso técnico de colombia, José Néstor Pékerman, el periodista Carlos Antonio Vélez, conocido en ls medios de comunicación como “Mi Dios Antonio”.

La bronca de Velez comenzó desde que el notable entrenador gaucho llegó a Colombia y le negó al infumable Vélez entrevistas exclusivas y no le anticipó alineaciones, lo cual despertó la molestia del comentarista deportivo.

Quiere de regreso a Bolillo

Vean lo que escribió el binomio Arango-García: “Acompañado de Mauricio Serna, el tosco volante central que despuntó en Boca pero que en la selección nunca pudo brillar y de Víctor Hugo Aristizábal, el hombre que con Sao Paulo destrozaba las defensas del Curitiba y Paysandú, pero que cuando se ponía la camiseta tricolor se transformaba inmediatamente en “el mejor delantero del mundo sin pelota”, el insoportable comentarista deportivo está haciendo presión para que vuelva Bolillo o alguno otro de su cuerda, porque quedó claro que para Vélez lo importante no es que Colombia gane sino que el técnico le entregue las chivas a él antes que a nadie”. ¿Qué tal?

Tolón Tilín

Para Mauricio Pombo, columnista de El Tiempo, el “bolillismo” es al futbol criollo lo que representa el uribismo a la democracia colombiana.

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Redacción Minuto30

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