Es todo un artista, sus manos forjan el icopor y con otros elementos que recoge en la calle erige los más hermosos pesebres de Bogotá, que exhibe en varias calles de la ciudad.
Estas maquetas arquitectónicas dejan deslumbrados a grandes y chicos quienes observan como el niño Jesús se mece en una cuna y como el tradicional burro come pasto.
El autor de tan magna expresión es Roberth Campos, un técnico en computadores, de 30 años, quien por accidente se dedicó a este arte.
Cuenta el habitante del barrio Belén, sitio con olor a religión, que se encontraba preparado unos huevos cuando de un momento a otro por equivocación colocó un trozo de icopor en la estufa.
Dice el artista que observó como el material formaba figuras y la musas de la inspiración lo tocaron y desde ese momento decidió plasmar la idea en la construcción de los pesebres.
Campos es el hombre que enciende la chispa navideña dándole vida a los personajes del pesebre que nos llena de amor y alegría.
“Me llena de entusiasmo ver como la gente abre su corazón al ver mi trabajo”, señaló Roberth Campos.
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