“Encuentran caleta con armas y dinero de las farc., en Putumayo” (¿la descubrió la avalancha y el monigote ministro de defensa se quiere ganar el mérito para salir con alguito de ejecución?). “Voy a revelar todos los secretos con grabaciones incluidas de los acuerdos de paz entre las farc., y el gobierno de Colombia”, dice Maduro iracundo y como es su costumbre amenazante, ante las declaraciones inoportunas, como casi todas las del espurio, en cuanto a las protestas masivas y mayoritarias del pueblo de Venezuela en contra de su gobierno castrochavista.

Hace muy poco tal vez 2 o 3 semanas salió un informe final de la ONU en el cual se habla de 7.000 armas inventariadas y entregadas en secreto por las farc., a ese organismo; han pretendido hacernos creer que esta verdad oficial, es real y por ende la voluntad de paz de este grupo narcoterrorista es veraz e inquebrantable. Esto después de que el señor espurio afirmase que esas armas eran 14.000 y en estos días el flamante vicepresidente nombrado más no elegido contradijo una afirmación de Uribe en cuanto a que este manifestó que por informes de inteligencia a los cuales tuvo acceso, ese número era de aproximadamente 40.000.

El hecho real es que nadie sabe, excepto las farc., sí en verdad son una organización con cadena de mando la cuantía real de armas, explosivos, minas, trabucos, misiles, morteros y en fin todos esos elementos de destrucción que acumularon en más de 50 años de acciones delictivas.

Mi sentido común (No sé si lo tengo) me lleva a pensar que la cifra que dio Uribe es más cercana a la realidad, pues todo ese tiempo de actividad delictiva no se puede llevar a cabo con tan pocos fusiles y pistolas. Se han incautado algunas y los desertores, algunos se han entregado con sus armas y muchos otros sin ellas y, si en algún momento esa Bacrim. denominada farc., tuvo más de 20.000 efectivos es muy posible que como mínimo contasen con dos armas por individuo.

Son simples cuentas de un civil y es que en mi experiencia profesional en el almacén de las empresas deben existir respaldos para los elementos y herramientas básicas del trabajo diario. Y la herramienta de un delincuente es el arma. Un delincuente y una sola arma es un atentado a la razón.

No me digan que Jaramillo, De la calle, Mora y todo el equipo negociador del gobierno se sentó a la mesa sin solicitar informes de sus organismos de inteligencia sobre la real capacidad bélica de los narcoterroristas y ahora se sorprenden con lo que está sucediendo. Esa posibilidad se entiende como cierta y en verdad salta a la vista del más desprevenido, que quienes negociaron no han sido los más idóneos para adelantar este proceso. Un pueblo de más de 40 millones de habitantes no puede validar lo que han hecho unos ineptos negociadores que nunca supieron el tamaño real de la contraparte.

Si lo que el vecino afirma que tiene documentos secretos y grabaciones de lo que en verdad se negoció en la Habana y eso es diferente o complementa lo que conocemos los colombianos como el acuerdo de paz que nos quieren imponer, estamos ante una traición monumental y un acto alevoso en contra de la democracia. Esa afirmación independientemente de que la diga un conductor de bus imbuido por la ira y el descontrol ante las protestas masivas de su pueblo, debe ser tenida en cuenta e investigada a cabalidad. Ese manto opaco no puede obviarse y dejarse como un episodio risible y desechable. Un organismo internacional tipo ONU si se quiere debe exigir la entrega de los documentos y grabaciones mencionadas para dilucidar y encontrar la verdad de lo que se acordó en La Habana o cual fue el negociado.

Cualquiera de estas dos situaciones debe dar por terminado un proceso de acuerdo entre las partes y para la investigación de los documentos mencionados por el vecino, el espurio debe separarse del cargo.

Postre: Ahora con esto de las caletas, los disidentes y esos sucesos que se presentan día a día, corroboro que el acuerdo no fue de paz sino de amnistía para unos delincuentes poderosos económicamente que quieren acabar sus días tranquilos. Allí en esa bacrim nunca hubo cadena de mando ni organización vertical. Todo lo ocurrido en torno a este fallido proceso de paz es una charada.

Pluscafé: Trump, Pastrana y Uribe se reunieron y tienen temblando a todos los implicados en esta charada de La Habana y a los sobornados por Odebrecht.

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Redacción Minuto30

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