La grasa abdominal o visceral es tan frecuente como indeseada. Las razones de su aparición son múltiples, así como los factores que deben tenerse en cuenta si se quiere eliminar. Lo importante es llenarse de paciencia y ser constante, pues se trata de una de las zonas en las que más se demoran en ser visibles los resultados.

De acuerdo con la nutricionista de la Universidad Javeriana, adscrita a MedPlus, Samantha Muñoz Cortés, las razones para su aparición son variadas:

> Genética: personas predispuestas por constitución familiar a acumular grasa.

> Malos hábitos: comer mucho y hacer poca actividad trae un resultado claro en la grasa abdominal acumulada.

> Estrés: esta sensación produce mayores cantidades de cortisol. Esta hormona le envía señales al cerebro que generan una sensación de hambre y deseo por comer más.

> Alteraciones endocrinas: existen razones ligadas a otras enfermedades como hipotiroidismo, diabetes, síndrome de Cushing, síndrome metabólico, entre otros.

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La más frecuente de esas razones podría ser la de los malos hábitos alimentarios y esto quiere decir que no se combina una adecuada ingesta de calorías con el gasto que se hace de estas. La experta asegura que, si se desea disminuir la grasa abdominal, se debe procurar no ingerir estos productos:

> Grasa saturada: de origen animal que se convierten fácilmente en tejido adiposo. Los alimentos más frecuentes que la contienen son los embutidos, la piel de pollo, mantequilla o cremas dulces.

> Harinas refinadas: su consumo produce un aumento en la necesidad de comer más, como consecuencia de los picos en los niveles de glucosa e insulina que generan. Los alimentos que se consideran harinas refinadas son los panes, arroz, papas, yuca, todos los productos de repostería, pastas y dulces. Se pueden reemplazar por comidas como vegetales, frutas, leguminosas como fríjoles o lentejas y productos con fibra como galletas o cereales.

> Grasas trans: son los aceites vegetales cuando se hacen sólidos, por ejemplo en las margarinas, papas tostadas, biscochos y productos de repostería.

> Azúcar: contiene demasiadas calorías y, por eso, se aconseja disminuir su consumo en bebidas y productos que lo contengan.

Solo mitos

Alrededor de los alimentos y tipos de comidas que deben consumirse para acabar con la grasa existen varios mitos. Uno de los más frecuentes es que saltarse comidas, sea el desayuno o la cena, disminuye la barriga. Falso, pues el periodo prolongado de ayuno solo hace más lento el metabolismo, lo que ocasiona aumento de peso. Tampoco se recomienda no comer a lo largo del día y acumular toda la ingesta de calorías en las noches.

Sobre lo que dicen de no comer a una hora determinada en la que podrían acumularse más las calorías, como después de las 5 de la tarde no es muy cierto. Si la persona consume más calorías de las que gasta, estas se acumularán indistintamente de a qué hora las ingirió. Sin embargo, sí se aconseja cenar liviano y cambiar, por ejemplo, la carne roja por blanca y harinas por verduras sin salsas o aceites.

Por otra parte, se piensa que comer solo frutas ayuda a bajar de peso. Sin embargo, estas tienen un alto contenido de azúcar  que se metaboliza y deja la sensación de hambre, entonces la persona consume más para saciarse y resulta tomando más calorías gracias a las frutas, de las que hubiera comido en una pechuga de pollo sin piel. Aunque no existen alimentos que ayuden a bajar por si mismos de peso, su consumo sumado a actividad física ayudarán a disminuir la grasa abdominal.

Cuando la alimentación no es suficiente

Hay quienes tienen tanta grasa abdominal acumulada, que el trabajo físico y una adecuada rutina de ejercicios no resultan suficientes. Cuando es así, los tratamientos estéticos pueden ayudar a acelerar los resultados. Al respecto, Carolina Jaramillo, directora de Viuté, Clínica Estética y Holística de MedPlus, asegura que en este centro hay distintos tipos de tratamientos que dependen de las necesidades del paciente.

Tratamientos

> Radiofrecuencia: son radiaciones electromagnéticas que eliminan la grasa que se hace más líquida y se pierde a través de la orina o el sudor.

> Drenajes linfáticos: atacan la retención de líquidos y la celulitis. Mejoran la circulación.

> Ultrasonido: son vibraciones de ondas que trabajan sobre las zonas con grasa como el abdomen o los glúteos para ablandarlas y desinflamarlas.

> Carboxiterapia: se inyecta dióxido de carbono, un gas que rompe las células adiposas para desaparecerlas, a través de la producción de sustancias como la serotonina y catecolaminas.


Fuente: Revista MedPlus
ED 80

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