El hecho se presentó en Florida, Estados Unidos, Dean McKee fue condenado en 1987 a cadena perpetua por un asesinato, después de 30 años de estar en prisión una jueza lo declarada inocente al ver dudosas pruebas de ADN.

El hombre lloró en la audiencia cuando la jueza Lisa Campbell decidió quitarle los cargos y dejarlo en libertad, «Ha sido mucho tiempo» afirmó McKee.

Esta decisión se produjo después de 10 años de disputas legales y testimonios que indicaban que el culpable del homicidio era el hermano mayor de Dean.

Los dos hermanos eran parte de una banda de ideología neonazi en su adolescencia, el hermano de McKee fue condenado a un año de prisión por testificar que fue su hermano el que golpeó y mató al indigente negro en 1987.

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Redacción Minuto30

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