Uno ya no sabe quiénes son más mentirosos en la mesa de diálogos de La Habana, si los delegados del gobierno o los terroristas de las FARC.

Ricardo Puentes

Ricardo Puentes

Mientras el gobierno y sus delegados le mienten al país sobre lo que les están cediendo a los bandidos de las FARC, a costa de la vida de los colombianos, los narcoterroristas de las FARC asesinan colombianos inermes y tienen la desvergüenza de negarlo, mostrando así su desprecio por la muerte de quienes dicen defender.

Aquí hay que decir la verdad. El gobierno, sus delegados en La Habana y los bandidos de las FARC están negociando la seguridad de millones de colombianos en un trueque macabro donde los negociadores de Santos ganan cientos de millones, contratos y prebendas rebosantes de mermelada, y los asesinos de las FARC ganan lavar sus fortunas provenientes de narcotráfico, secuestros y minería ilegal.

Porque en esto de lo que se trata finalmente es de dinero. Nada más. Los cabecillas del secretariado de las FARC y sus concubinas se retiran del monte, ponen a sus hijos a estudiar en las mejores universidades de Europa, entran a la vida legal por la puerta ancha de su inclusión en los poderes del Estado que se les entregarán, y quedan multimillonarios. Obviamente, algo de eso les corresponderá a quienes avalen ese adefesio. [pullquote]A Periodismo Sin Fronteras llegó un audio donde se escucha claramente a Iván Márquez dar la orden de poner la bomba y detonarla utilizando un teléfono.[/pullquote]

Pero las FARC seguirán haciendo terrorismo. Aquí lo que hay es un cambio de mando. El Secretariado sale, y los mandos medios subirán a seguir haciendo de lo mismo: Secuestrando, asesinando, traficando con droga.

El reciente atentado a Pradera, Valle, el 16 de enero de este año, es una muestra de la fría y salvaje crueldad de los terroristas a quienes el gobierno del camarada Santos indultará.

En ese brutal atentado contra Pradera, realizado con una motocicleta – bomba que colocaron en plena plaza central, falleció un civil y quedaron gravemente heridas más de 60 personas.

Al día siguiente de este acto terrorista, Rodrigo Granda, vocero de los bandidos en La Habana, salió a decir que los cabecillas de las FARC “están muy sorprendidos” por el ataque criminal.

Días después, el 24 de enero, expidieron un escueto comunicado donde reconocían la autoría del atentado, pero achacándolo a una especie de disidencia. Dijeron que habían investigado durante varios días y ‘descubrieron’ que la orden fue impartida “por el mando de una de las unidades que componen el Bloque Móvil Arturo Ruiz”. Aseguraron que tomarían tomarán medidas disciplinarias y llegaron al cinismo de reprochar el atentado:

“La orden partió de un mando de las unidades Bloque Móvil Arturo Ruiz FARC-EP tomaremos nuestros correspondientes correctivos disciplinarios”, dijeron los sinvergüenzas criminales en su cuenta de twitter.

Juan Manuel Santos habló desde Europa y alabó que el Secretariado de las FARC hubiera descubierto los “disidentes” en sus filas. El camarada Santos aplaudió la promesa de los cabecillas acerca de las supuestas medidas correctivas que tomarían.[pullquote]La conversación es del 14 de enero y muestra perfectamente que no existe voluntad de paz de esos delincuentes y nos alerta sobre el terrible peligro que significa votar por la fórmula Santos – Vargas Lleras, para continuar con el infame propósito de convertir terroristas en padres de la patria[/pullquote]

De inmediato, los analistas del régimen publicaron en revistas y periódicos, y hablaron por televisión diciendo que esa disidencia de las FARC no causaría estorbo a los diálogos en La Habana. Llenaron páginas y páginas elogiando a los criminales de la mesa de diálogos y su voluntad de paz, al mismo tiempo que se fueron lanza en ristre contra los supuestos “disidentes” de esa narcoguerrilla.

Pues bien, a Periodismo Sin Fronteras llegó un audio donde se escucha claramente a Iván Márquez dar la orden de poner la bomba y detonarla utilizando un teléfono. La conversación es del 14 de enero y muestra perfectamente que no existe voluntad de paz de esos delincuentes y nos alerta sobre el terrible peligro que significa votar por la fórmula Santos – Vargas Lleras, para continuar con el infame propósito de convertir terroristas en padres de la patria.

Que el camarada Santos no finja inocencia. Que Vargas Lleras tampoco disimule y nos cuente sobre sus reuniones secretas con Timochenko.

Esa vagabundería que cocinan en La Habana y en la Casa de Nariño, debe terminar.

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Redacción Minuto30

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