La fuga anunciada y propiciada por el garantismo exagerado; aplicado según conveniencia por las cortes en Colombia; proveniente del esperpento de la constitución del 91, los dineros sucios que se denuncian con frecuencia para las campañas del espurio mandatario, las afirmaciones del Exmagistrado Malo en el sentido que no se considera con garantías para su juzgamiento por parte de sus antiguos pares, la usurpación del asta de la bandera de Antioquia para izar la de una minoría recalcitrante y agresiva son los temas que han movido a la opinión pública en esta corta semana.
Desde que se inició el sainete del pseudociego, sabíamos y anticipamos el desenlace lógico de estas maromas para dejarlo en libertad puesto que convencidos, como ahora lo ratificamos, del comportamiento delictivo posterior a la firma del acuerdo del individuo en mención, no cabía esperar otra cosa diferente a la evasión.

Es posible que haya una estrategia para que en el momento más adecuado regrese el implicado y con bombos y platillos lo reciban como un héroe que en vista de unos riesgos de atentados en contra de su vida como lo manifestó el exalcalde de Barranquilla, decidió esconderse hasta de sus parceros que lo cuidaban con esmero, lo mismo que de sus copartidarios y viejos camaradas de andanzas delictivas. Muy torcida y rebuscada explicación pero en un país en donde la comedia es el diario vivir todo es posible.

Desapareció una noche, y hasta hoy no sabemos de su paradero.

Los magistrados de la JEP y de la corte muy seguramente seguirán incólumes, pero con el convencimiento interno de que el pueblo colombiano sabe de sus trapisondas y de sus escasos principios de objetividad que se plegaron a los intereses de los narcoterroristas. Son ellos y solo ellos los causantes de esa burla y es a ellos a quienes les deba caer la sanción penal o por lo menos la moral y social por parte de la sociedad colombiana No quisiera tener como vecino a individuos de esa calaña, ni compartir con ellos cualquier espacio cerrado pues su hedor es inaguantable.

El ingreso de dineros ilegales a las campañas del anterior “jefe de estado” es un secreto a voces y las autoridades competentes se hacen los sordos para acometer con la debida diligencia las investigaciones pertinentes con el fin de dilucidar lo acaecido. El dejar pasar como es la costumbre en nuestros políticos es la mejor manera de echarle tierra al asunto y es que como hay muchos untados y con rabo de paja no se atreven a prender esa candela. Hay testimonios y pruebas que como mínimo deben impulsar investigaciones que esclarezcan estos hechos denigrantes para los que ejercen ese oficio de la política, claro está que como son muchos los que bailan al son que les toquen es muy factible que hagan mutis por el foro y dejen las cosas como están: Quietas.

Razón tiene el exmagistrado Malo al afirmar que no tiene garantías dentro de la corte para su juzgamiento y es que él al haber sido uno de los integrantes de los carteles de la toga sabe que allí no se imparte justicia sino que se compran y venden fallos que siempre estarán signados con un interrogante. Casi nunca serán justos pero siempre favorables al mejor postor. Y esto es dentro de todas las salas pues no hay ninguna que se escape. Allí todo es sórdido y espeluznante.

En mi humilde criterio el alcalde de Medellín se equivocó, posiblemente queriendo mostrar liberalidad y tolerancia hacia las diferencias aceptó que por dos días se bajase la bandera de Antioquia de su sitio exclusivo para darle cabida a la del orgullo gay, entre otras cosas no sé qué quiere decir orgullo gay y si alguien tiene la bondad de explicarlo bienvenido. La cuestión es que por protocolo esa asta no debe usarse para izar banderas diferentes a las que representan la identidad territorial y que yo sepa esa del orgullo no es representativa de nada diferente a una minoría muy agresiva que infringe todas las reglas de convivencia con sus comportamientos inapropiados en sus marchas.

Escuché en redes la entrevista que le hicieron al Señor Arboleda por parte de otro no tan señor Nestor Morales y su combo de comunicadores que quieren hacer parte de las cortes, tienen los mismos principios aunque no son jueces pero se comportan como tales.

En momentos no entendía si era una entrevista o un juicio que el supuesto impoluto locutor, le estaba haciendo al que con indignación bajó y destruyó la bandera que nunca debió izarse en ese sitio. Con la petulancia que acompaña a los seres de poca valía se comportaron los pedantes que pretendieron arrinconar al entrevistado, sacando antecedentes de hechos que para sus corta inteligencia, daban pie para echar por tierra el hecho de que se usó una instalación pública para fines no autorizados. Se centraron en el individuo y quisieron echarle tierra al meollo. Con esa estrategia difícilmente resolverán una suma de 2+2 puesto que centrarán su atención en el papel, la procedencia de la pregunta y quien sabe que más interrogantes para poder contestar si 2+2 es igual a 4.

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Redacción Minuto30

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