Suena el despertador y el cerebro empieza a preocuparse: “Ya hay que despertarse ¡¡y nos comimos todo el azúcar!!”. El cerebro descubre la gravedad de la situación cuando una mujer decide (equivocadamente) evitar el desayuno porque quiere bajar de peso con una dieta.

Lo peor ocurre cuando llega la tarde justo antes de quedarnos totalmente sin azúcar. El cerebro antes de perder los ahorros de energía decide provocar intensos ataques de hambre y aumento del apetito.
Esto hará que sintamos deseos por consumir alimentos dulces y sin poder evitarlo, las personas empiezan a comer con ansiedad todo lo que encuentran a su paso, lo cual les generará un aumento de peso.
Es por ello que el portal actitudfem.com recomienda: Lo ideal es que las personas desayunen antes de que hayan pasado una hora desde que se levantaron. Con esta sencilla, pero efectiva práctica, su metabolismo mejorará y se sentirán más satisfechos y con más energía para emprender su jornada laboral.
Falta de desayuno
El hecho de brincarse el desayuno por no tener tiempo o por creer que así se podrá bajar de peso, genera las siguientes reacciones en el organismo femenino:
- Aumento de la grasa en el abdomen
- Cansancio y dolores musculares
- Caída de cabello de raíz grasosa
- Aparición de más vellos y acné
- Abortos en el primer trimestre e infertilidad
- Ansiedad por comer carbohidratos
Pero esto no es exclusivo de las mujeres, este mal hábito también lo padecen los hombres que incluso podrían desarrollar otros problemas por saltarse el desayuno…
- Compartir:
- Compartir en Facebook
- Compartir en X (Twitter)
- Compartir en WhatsApp
- Comentarios