De gamas de grises a rojo intenso

Próxima a terminar la actual administración, en especial la municipal que no fue de cuatro, sino de ocho años, lo digo por aquello de la continuidad, la cual en mi opinión fue parecida a las nubes bajas de estratos, que por definición son las que tienen la apariencia de un banco de neblina grisáceo sin que se pueda observar una estructura definida o regular y presentan manchones de diferente grado de opacidad u variaciones de coloración gris.

Por: Eliana Katherine Gómez Mejía.

Son muchas las expectativas que tengo de lo que será la administración “sandía”, y esto último no lo digo en forma sarcástica, aclaro, defino así a lo que se denominó AMA, la Alianza entre Medellín y Antioquia, la alianza entre rojos y verdes, y va uno a ver y en la práctica la sandía es roja por dentro (Medellín) y verde por fuera (Antioquia).

En este sentido hablar de contrates y de la armonía del color resulta ser interesante ya que los colores armónicos son aquellos que funcionan bien juntos, es decir, que producen un esquema de color sensible al mismo sentido, esto es, la armonía que nace de la percepción de los sentidos, así, por ejemplo, en el modelo RYB[i], el verde es complementario del rojo, por tanto según este modelo serían colores complementarios.

Reconozco que no estuve de acuerdo con la enunciada alianza, pero el pueblo a través de la democracia habló y el primero de enero de 2012 se posesiona lo que será nueva administración, la cual tiene un papel fundamental en aportar a alcanzar el logro de los Objetivos del Milenio propuestos para el 2015, así como formular e implementar políticas públicas con participación ciudadana que coadyuven a la nación a cumplir la metas propuestas en Visión Colombia II Centenario: 2019; sin dejar de lado lo propuesto en  el Plan Nacional de Desarrollo 2011 – 2014 “Prosperidad para Todos”, que tiene un componente fuerte en materia de Regionalización y en este sentido Medellín juega un papel fundamental.

Retomando el tema de los contrastes, cabe recordar que en el periodo 2004-2007 Aníbal Gaviria como Gobernador de Antioquia por el Partido Liberal y Sergio Fajardo como Alcalde de Medellín por la Alianza Social Indígena ahora Alianza Social Independiente, fueron reconocidos como mejor gobernador y mejor alcalde del país respectivamente y dieron los primeros pasos para articular y coordinar los esfuerzos y los proyectos de ciudad y región, lo que da pie para pensar que los contraste no son malos, no obstante tengo mis reservas sobre el tema.

Habrá que ver cómo será la percepción ciudadana en temas como seguridad, empleo, calidad de vida, movilidad, salud, educación, pobreza, indigencia, desarrollo social y comunitario, género: mujeres, LGBTI; y obviamente no se pueden dejar de lado  temas como minorías étnicas,  juventud, niñez y vivienda; esperemos que el termómetro no sea la “encuesta de calidad de vida” sino que sea lo que el ciudadano de a pie vea al recorrer la calles y los barrios, la realidad social,  que ir a los populares no de miedo y sensación de persecución, que quienes vivan allí no sean “discriminados, ni estigmatizados”, que montar en metro cable vuelva a ser un plan de domingo, en fin…

Creo que  lo anterior en manos de un gobierno Liberal puede cambiar,  ya que las grandes transformaciones sociales en el país, como lo enunciaré se dieron en gobiernos liberales: “las luchas de Independencia;  el reconocimiento del Estado; la defensa de la libertad; la búsqueda de oportunidades como lo fue la enseñanza pública en 1863, la preservación de la vida y la libre expresión como la legalización de los sindicatos en 1931, la igualdad, la dignidad y el respeto como los derechos civiles de la mujer en 1932; la libertad de cultos y prensa en 1936;  créditos de vivienda, campo e industria en 1940; derechos laborales en 1942; viviendas de interés social en 1961; creación de Proexpo, Colcultura y Coldeportes en 1966 – 1970; la consagración de un espíritu libre”[ii].

Démosle tiempo al tiempo, con el objetivo profundo de mirar como esa nube gris que sale, dará paso a la reivindicación, espero, de un rojo intenso, lleno de vitalidad, fuerza e ímpetu.