Amor por la patria, sentido de pertenencia, solidaridad con el extranjero fue lo que me encontré en mi estadía en Washington D.C. en el marco del Seminario sobre Estrategias de Campañas Electorales: “Cómo se logró el mayor triunfo contra Obama” realizado en The George Washington University.

Eliana Katherine Gómez Mejía

Recorrer las calles del Distrito especial de Columbia y conocer su historia es un verdadero placer, con los sentidos alerta por la peligrosidad que amenaza estar en un país desconocido, cualquiera que éste sea; las advertencias de cuidado no limitaron el disfrute de una ciudad tan hermosa y acogedora.

La riqueza arquitectónica, el valor y admiración de los soldados caídos en batalla, el reconocimiento a su honor, la recreación de sus rostros llenos de desasosiego pero al mismo tiempo coraje en el In Memoriam, y ver la imponente figura del Licoln Memorial, son sin duda experiencias inigualables.

Pero más allá de lo anterior, se encuentra la cultura ciudadana, pero mayormente el respeto por el cumplimiento de la norma, toda actuación va en el marco del deber ser, y cuyo incumplimiento acarrea sanción, el sistema estricto que hace que el individuo reconozca al Estado como su sancionador en caso de incurrir en una conducta prohibida por su legislador. Casi nunca hay infracciones menores, por lo menos en lo que pude ver, hay un gran respeto con las normas de tránsito y sobre todo por el peatón.

Hablemos del sentido patrio que fue el aspecto que más me impacto, por donde quiera que camines te encuentras con una bandera de Estados Unidos de Norteamérica, y en Colombia, a duras penas, si acaso se iza el 20 de julio o el 7 de agosto; me pareció ver más el tricolor cuando jugaba la selección en el mundial, que en las fechas conmemorativas de nuestra independencia y establecimiento como República.

No hay excusas para ser parte de una ciudadanía incauta sin sentido de pertenencia por nuestra tierra, cuando es un orgullo ser de Colombia, nuestra educación sin duda alguna cumple un papel fundamental en la formación de una cultura ciudadana que respete las figuras de autoridad y que contribuya a formar nuevos idearios y modelos de ciudadanía, donde ese sujeto pasivo e indiferente pase a ser una parte activa y neurálgica de la sociedad, sobretodo en este momento donde estamos en un tránsito como nación, de una situación de conflicto a la construcción de la paz.

La cátedra de la paz que se empezará implementar es una gran bandera que permitirá el crecimiento de las personas como participes de la construcción ciudadana y la reconstrucción del tejido social, los países “desarrollados” también pasaron por situaciones de conflicto, no podemos ser inferiores a ello. @ElianaGomez

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Redacción Minuto30

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