La pandemia nos ha aterrizado a nuestra verdadera condición, demostrando que las jerarquías son falsas y ante esta ‘Espada de Damocles’ todos estamos en igualdad de condiciones. Pero a muchos que se armaron de ciertas ventajas con dinero y poder, se les volvieron un búmeran con el ataque del coronavirus. Aquellos que comieron demás y aumentaron generosamente de peso tienen uno de los mayores riesgos de enfermar y morir por esta infección. (En la imagen adjunta se muestra que el mayor riesgo de morir es por sobrepeso).

Igualmente, quienes cómodamente se ayudaron de su excesiva tecnología para hacer el mínimo esfuerzo y lograr ciertas “ventajas”. El sedentarismo con baja condición física los vuelve vulnerables ante una carga viral que fácilmente los lleva a una infección respiratoria y a una UCI, donde la tasa de letalidad es alta. Ni qué decir de fumadores y bebedores. Hoy sabemos quiénes tienen mayor posibilidad de enfermar o morir por la infección Covid 19, así mismo conocemos los factores de riesgo y la epidemiología del germen lo cual nos ha dado pautas para tomar medidas y salvar vidas.

Pero en tiempo récord aparecieron las vacunas (logradas en menos de un año). Hay al menos cuatro biológicos con probada efectividad y avalados de manera provisional (no definitiva) por la OMS. Estadísticamente las vacunas funcionan por ello se consideran milagros de la ciencia y la tecnología. Gracias a la vacunación, estamos asistiendo a una caída drástica de las hospitalizaciones y la mortalidad entre sectores de la población que ya han recibido al menos una dosis. Sin embargo, también circula una cantidad ingente de desinformación que hace que mucha gente tenga miedo a vacunarse o a contraer el coronavirus aun después de haber recibido el esquema completo de la vacuna.

A raíz de la muerte del actor colombiano Alí Humar, quien había sido vacunado, surgen dudas sobre el efecto de la inmunización. Ello es entendible. Esa es una de las preocupaciones más extendidas sobre la eficacia real de las vacunas por las infecciones que se seguirían produciendo entre personas vacunadas, pero ¿de verdad hay que preocuparse por ello? Si bien Alí Humar estaba vacunado a sus 76 años ya venía afectado de otras patologías, entre ellas problemas respiratorios, aparte de su sobrepeso, sedentarismo y reducción de su capacidad funcional. Y seguramente otros males debidos a su historia clínica, edad y condición propia.

Ante ello es poco lo que puedan hacer las vacunas contra Covid 19, ya que son específicas y actúan creando cierta inmunidad contra el séptimo coronavirus y por lo tanto reduciendo el riesgo de la carga viral que lleve a una grave infección respiratoria. Si Humar venía con otras afecciones a pesar de estar vacunado, era difícil evitar complicaciones y en cualquier momento podría entrar en una falla multisistémica, como al parecer ocurrió. Un paciente vacunado puede morir por una neumonía bacteriana y tener además asociado el coronavirus. El paciente fallece por la enfermedad de base con coronavirus que la puede complicar, pero no por causa del mismo coronavirus.

Enfermar por coronavirus estando vacunado es altamente improbable

No existe ninguna vacuna con un 100% de eficacia. Todas tienen boquetes, y las de Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Johnson & Johnson, siendo las de mayor confiabilidad para la OMS y las primeras en ser avaladas, no son una excepción. Pfizer y Moderna en sus ensayos clínicos han logrado probar que tienen una eficacia superior al 90%, lo que desde el principio dejaba la puerta abierta para que un porcentaje pequeño de vacunados contrajeron la enfermedad.

Algo parecido sucede con los productos de AstraZeneca y Johnson & Johnson, cuya eficacia para prevenir la enfermedad está entre el 70% y 90%. Pero las ventajas en estas son mayores a la hora de prevenir hospitalizaciones y muertes, además de reducir la capacidad de contagio, lo que no acontecerá con las dos primeras. Por lo tanto, es un porcentaje muy pequeño el de personas que se están contagiando después de vacunarse.

Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) señalan que “hay pruebas de que la vacunación reduce la gravedad de las nuevas infecciones” El 27% de las infecciones postvacunación que han detectado transcurren de forma totalmente asintomática, pero también es cierto que se han producido hospitalizaciones y muertes como el caso de Humar. Los CDC llevan meses rastreando las infecciones entre personas vacunadas y, de 100 millones que han recibido las dos dosis, solo 9000 han contraído la enfermedad (0,009%) y apenas 112 han fallecido por coronavirus (0,0001%).

Estar vacunado no significa que no pueda ser infectado y que no pueda contagiar a otros. Aunque se contraiga el coronavirus, la vacuna provoca una respuesta inmune en el organismo que se traduce en una infección más leve y, también, en una menor probabilidad de contagiar a los demás. O simplemente, pasar totalmente asintomáticos, pero con capacidad de contagio.

El estándar de vulnerabilidad y la duración de la inmunidad

Es evidente que independiente a estar o no vacunados, las personas con comorbilidades como patologías crónicas con manejo irregular u otros factores de riesgo asociados (sobrepeso, sedentarismo, baja capacidad física. alcohol, tabaco, etc.) seguirán siendo extremadamente vulnerables. Tal vez fue el caso del actor Alí Humar. Pero también los datos actuales de los CDC muestran que el 60% de las infecciones postvacunación se producen en mujeres. Según algunas hipótesis es posible que el sistema inmune de las mujeres reaccione de forma diferente a la vacuna. El 40% de las infecciones postvacunación detectadas se han producido en personas de más de 60 años. La explicación estaría en que los mayores fueron priorizados, reduciendo el riesgo a tiempo.

Aún no conocemos con precisión cuánto dura la inmunidad tras la vacunación. Pero con la aparición de nuevas cepas es posible que haya confusión en el futuro a medida que la inmunidad de las vacunas se diluya por su cuenta. Solo el tiempo nos dirá cuánto dura la efectividad de las vacunas. Se habla de un año (o al menos seis meses), pero lo sabremos tal vez para el 2022.

A lo largo del último año, las autoridades y los expertos han ido modificando sus recomendaciones y restricciones sobre la pandemia y lo que se podrá hacer una vez vacunados. Esto se debe en parte a que se aprende con el día a día y de corregir datos a medida que surgían nuevas evidencias. Lo que sí sigue siendo obligatorio es llevar mascarilla, sobre todo en espacios públicos mal ventilados, y sigue siendo recomendable, con pandemia y sin pandemia, lavarse las manos con frecuencia.

Apostilla: En Colombia el proceso de vacunación está por encima de lo previsto. Lamentablemente unas aglomeraciones, protestas desordenadas, actos vandálicos derivados de un paro nacional planteado en el peor momento sanitario contribuyeron, con evidencia científica a la expansión de la pandemia. Consecuentemente se produjo un “hipercontagio” y un aumento de las víctimas de al menos un 30%. Nada ganamos con restringir aforos y reuniones, si aún continúan las irresponsables aglomeraciones y protestas con unos promotores a quienes al parecer poco importan los miles de muertos por coronavirus.

Fuente: Cifras tomadas del informe traducido del inglés, del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC)

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Redacción Minuto30

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