La comprensión de los fenómenos de macrocriminalidad, que abarcan delitos de gran envergadura como el crimen organizado, la corrupción a gran escala, el lavado de dinero, el terrorismo, entre otros, requiere que los miremos con una perspectiva integral y que procuremos hacer un análisis profundo de los contextos en los que se desarrollan. La construcción de estos contextos es fundamental para entender las dinámicas complejas y factores que contribuyen a la proliferación de estos delitos y, a su vez, para formular estrategias efectivas de prevención y combate.

En primer lugar, la construcción de contextos implica examinar el entorno histórico, socioeconómico, político y cultural en el que se producen estos fenómenos. Comprender las condiciones sociales y económicas como la desigualdad, la pobreza, el desempleo y la falta de acceso a servicios básicos, permite identificar las vulnerabilidades que pueden ser explotadas por los grupos armados (actores del conflicto). Además, analizar el entorno político y la calidad de las instituciones es crucial para entender cómo la corrupción y la impunidad pueden facilitar el florecimiento de la macrocriminalidad y la adhesión de las comunidades a estas estructuras de poder.

La construcción de contextos también implica comprender los factores culturales y las dinámicas sociales que influyen en la macrocriminalidad. Las normas sociales, las redes informales, las economías ¨ilegales¨ y las prácticas tradicionales pueden contribuir a la consolidación y perpetuación de estructuras delictivas. Por ejemplo, en algunas regiones, la existencia de culturas de violencia o de corrupción arraigadas puede dificultar los esfuerzos de lucha contra la macrocriminalidad. Lo anterior es muy propio de nuestro país.

El contexto es ante todo el marco de los hechos, es decir, aquello que sin constituir en sí mismo el sustento factico que se analiza o se juzga, sirve para entenderlo o interpretarlo. El contexto no es la prueba sobre el hecho, sino un marco útil para interpretarlo, en palabras un poco más sencillas, el contexto histórico, cultural, económico y social, no puede ser utilizado a efectos de endilgarle a una persona, grupo o estructura armada, su responsabilidad penal, estos elementos son absolutamente necesarios para entender el por qué, por ejemplo, la existencia de un conflicto armado (no internacional como el reconocido por la CICR en Colombia), perdura en el tiempo y perdurará si el gobierno insiste en solucionarlo vía sometimiento, si esto fuera así, si la vía del sometimiento fuese la adecuada, valdría la pena preguntarse ¿por qué cada que un grupo armado se somete, casi que de manera automática emerge otro, quizá con mayor poder y reconocimiento en la misma comunidad?.

Ahora, la importancia de la construcción de contextos radica en que nos permite ir más allá de una visión simplista de los delitos de macrocriminalidad. Al comprender los factores complejos y multifacéticos que intervienen, podemos abordar de manera más efectiva los problemas en su raíz y desarrollar estrategias integrales de prevención y combate. Esto implica fortalecer las instituciones, promover la transparencia y la rendición de cuentas, mejorar las condiciones sociales y económicas, fomentar la educación y la conciencia ciudadana, y por supuesto, que el estado ocupe esos territorios donde se desarrollan esos factores complejos, pero esa ocupación estatal no debe ser sólo a través de intervenciones militares que no hacen más que llenar de zozobra a las comunidades, olvidando que lo importante siempre será la protección de aquellas, epicentros de grandes afectaciones en sus necesidades más elementales, necesidades que han sido suplidas por los diferentes actores del conflicto, lo que no debería ser, porque esta obligación es única y exclusiva del estado, pero como se volvió costumbre, ante el abandono sistemático del mismo estado, los actores del conflicto, estas estructuras armadas, al suplir estas necesidades más básicas, se han ganado el reconocimiento como verdaderas autoridades, teniendo control político, social, económico.

Hablar de contexto no es, de por sí, un tema sencillo de comprender, es muy vasto y complejo. Por ello, es necesario generar discusiones académicas a fin de propiciar espacios de entendimiento, para no seguir cayendo en el juego populista del querer solucionar todo con cárcel, con penas, con sometimientos. Demostrado está, que las leyes y decretos de sometimiento sólo han sido paños de agua tibia, con soluciones temporales, pero jamás han resuelto el problema de raíz, si eso no es así ¿por qué luego de más de veinte procesos de sometimiento, sigue el reciclaje de combatientes y llevamos más de cincuenta años en conflicto?

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Redacción Minuto30

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