Tras el daño causado en las elecciones de alcalde de 2019 al centro democrático y el fajardismo, optaron por convirtirse en oposición desde el mismo día que se dieron los resultados por parte de la Registraduría Nacional del Estado Civil para la Alcaldía de Medellín. Daniel Quintero fue elegido como Alcalde con la cifra histórica de más de 304 mil votos.

Desde ese entonces y comandados por la politiquería tradicional, tanto el candidato del centro democrático como el de fajardo, han afilado sus lanzas para desacreditar a todo el que piense o actúe diferente a sus convicciones y “alto estándar de la moral” con base en la política local; así comenzó Alfredo Ramos y con el tiempo se le unió Daniel Duque del Partido Verde, otro concejal que se ha dedicado a fragmentar la información para presentarla como desastres de la administración municipal; sin embargo, a este último no se le ve la capacidad para confrontar con claridad sus puntos de vista, se adhiere a cualquier situación para tratar de afectar proyectos de la alcaldía con la opinión pública, con ese proceder lo único que busca es figurar y recuperar el electorado perdido de fajardo en Medellín, tratando de hacer olvidar crisis tan dramáticas como Hidroituango y Biblioteca España entre otras, por culpa de su jefe político.

Poco tiempo después, se le unen dicha oposición con el objetivo de impulsar la misma revocatoria, los concejales Daniel Carvalho de Todos Juntos y Simón Molina del centro democrático, Molina es un concejal que le debe su puesto a los Paolos en cabeza de Paola Holguín, senadora que también está apoyando abiertamente la revocatoria. Cada uno de los concejales pertenece a partidos políticos diferentes, pero con un objetivo en común: la revocatoria.

Pese a todos los espectáculos que han presentado sin efecto positivo, tanto en el recinto del concejo, como en algunos lugares representativos de la ciudad, el electorado ya no les tiene credibilidad, hace pocos días caminaron con la figura de un queso gigante en varios escenarios, allí en medio de la participación de algunos ciudadanos, la figura que pretendía fuera escrita con mensajes en contra del alcalde, fue también grabada con mensajes en contra del fajardismo y el centro democrático, cosa que ellos no esperaban. ¡Les salió el tiro por la culata!

Ahora bien, en las últimas sesiones del Concejo a estos concejales se les ha visto muy cercanos, compartiendo información y puntos de vista similares, orquestando su plan de desinformación para poder pescar en río revuelto, porque de proponer y presentar proyectos de cara al beneficio de la ciudad, no es su fuerte, aunque es una de las funciones fundamentales por las que fueron elegidos.

Como de costumbre en Medellín, los politiqueros se habían apoderado de las instituciones y empresas para el beneficio propio, hoy se dan cuenta que no pueden acceder a la misma dinámica, pues la corrupción se está acabando y con ella salen a pelear sus afectados: el fajardismo y el centro democrático.

Siendo así, no es raro que se unan para las elecciones de 2022, ellos seguirán causando daño en la ciudad con su desinformación y adaptabilidad para mostrarse como la salvación de un problema que ellos mismos han creado. Así el queso, ya con seguridad lo tienen dividido, por tal razón, su irracional inconformidad con la actual administración municipal.

Solo falta que, en medio del cinismo, se unan tras la ventana los emergentes grupos de revocatoria gracias a su disperso objetivo, que también lleguen a recibir el apoyo de dichos políticos, pues su causa los acerca y seguramente tendrán una estrategia oculta para promover la revocatoria disfrazada de movimientos ciudadanos.
Lo positivo de todo este entramado, es que el pueblo ya no les cree.

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Redacción Minuto30

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