Después de los polémicos hechos de violencia registrados durante las marchas del 21 de enero en la ciudad de Medellín, varios concejales se pronunciaron para dar a conocer su postura y hablar sobre el manejo que consideran se le debió dar a lo ocurrido.
Los corporados resaltaron que hay un rechazo generalizado al uso de la violencia como método de protesta durante las marchas, reiterando que consideran que no hay justificación para agredir a la fuerza pública y dañar la infraestructura pública y privada de la ciudad.
Algunos de los concejales cuestionaron el papel de la administración municipal en la logística de las marchas y se destacó que la violencia no puede ser un método para descalificar lo que inicialmente se llamó protesta pacífica en las calles de la ciudad.