El Partido Comunista de China, que hizo una simbiosis en ese país hace 42 años, entre el capitalismo para lo económico y el socialismo marxista en lo político afincando la dictadura, ha demostrado ser el principal predador de la humanidad, no solo por ser el máximo propiciador de la contaminación ambiental, sino también por la actitud que tomó ante la covid-19, la cual se ha propagado prácticamente por todos los países, trayéndole un gran dolor a la tierra no solamente en salubridad, sino también en lo económico y social; por lo que la dualidad entre capitalismo y socialismo, pierde totalmente su vigencia, y la especie humana tendrá que diseñar nuevas formas de convivencia, para conservar la vida en el planeta.

Ante la pandemia del Coronavirus, los partidos políticos que hacen parte de la democracia liberal, ya no le pueden hacer el juego al reduccionismo del comunismo totalitario que busca que la humanidad tome partido entre el capitalismo y el socialismo, esa estrategia maniquea producto de un revuelto del marxismo con el maquiavelismo que impulsó principalmente el comunista italiano Antonio Gramsci, es una treta hegemonista, para confundir a los pueblos y llevarlos a la esclavitud política, ya que como lo hemos dicho en varias ocasiones, los términos capitalismo y socialismo tienen bastantes acepciones.

Los mamertos que por su terquedad no quieren renegar del engendro marxista leninista, siguen pretendiendo conducir a Colombia al “socialismo” a las buenas o las malas, utilizando los acuerdos de La Habana; sin que nos aclaren ¿cuál socialismo? Pues ese término en la historia ha tenido varias acepciones, comenzando por Hitler quien aparte de haber sido admirador de Marx (así lo hizo saber en su libro “Mi Lucha”) fue el líder del partido obrero nacional socialista (Nazi), y también en su demagogia proclamaba la lucha por los pobres y los humildes. Entonces Indudablemente por su prosapia el “socialismo” que quieren aplicarnos los comunistas de diferentes etiquetas por ser cercano a sus afectos, es el de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Norcorea o sea una dictadura sanguinaria.

Ese esquematismo entre socialismo y capitalismo es absolutamente obsoleto, y para vivir al ritmo de los tiempos y asimilando las consecuencias de Covid-19, se debe impulsar un sistema de economía múltiple, pero no entendido como una tercera vía, sino como el conjunto de medidas pragmáticas e inteligentes, que lleven calidad de vida a los pueblos sin dogmatismos ni avaricias desmedidas.

El marxismo como el mejor heredero de Maquiavelo, plantea las cosas en blanco y negro, mostrando siempre dicotomías, cayendo en un maximalismo para que las personas despistadas y atrasadas tomen partido, esa división perversa la promueven los seguidores del comunismo totalitario, cuyos intereses burocráticos y de secta los lleva a creerse predestinados, para manejar y someter a sus semejantes, por ello es que durante toda la existencia del marxismo se ha vendido el dilema económico y político entre capitalismo y socialismo, sin que hayan posibilidades de otras salidas; esa actitud cerril lleva a la conclusión temeraria de “ esta conmigo o contra mí”, pero por las consecuencias del Coronavirus se tendrá que cambiar esa simplificación comunista entre capitalismo y socialismo.

De ninguna manera ante la actual crisis sanitaria que vive la humanidad, se puede tomar a los seres humanos como zombis, para aplicarles recetas metafísicas, ya que la libertad individual como condición suprema de la humanidad está por encima de la manipulación política; por ello reducir el destino de los pueblos al capitalismo o al socialismo, es producto del interés mezquino de quienes siguiendo los sofismas marxistas consideran que la conquista del poder es como su dios en la tierra “principio y fin de todas las cosas”, pues ese discurso miserabilista que ha proclamado el truco de la emancipación del proletariado, no solo lo ha manejado el marxismo sino sus hermanitos el fascismo y el nazismo para sus torcidos fines.

En el capitalismo como en el socialismo hay muchas variables, siendo paradójicamente el capitalismo de estado el que se practica en Cuba, Norcorea, Nicaragua y Venezuela, así sus gobiernos hagan apología del socialismo. La más clara demostración del capitalismo salvaje se tiene en la China, cuyo régimen es el único responsable del origen y propagación de la covid-19; reiterando de nuevo que ese partido comunista se alió con las grandes transnacionales hace 42 años para superexplotar a los trabajadores (dando origen al neoliberalismo) compartiendo la plusvalía con el capital financiero internacional, y conservándose el manejo del estado en las manos de la camarilla comunista.

Después de superada la actual pandemia, creemos que seguirá existiendo un socialismo democrático en países como Suecia, Finlandia y Noruega, entre otros, que no han tenido que recurrir a la violencia para implementar ese modelo, lo que demuestra que a los seguidores del marxismo leninismo caso de la narcoguerrilla en Colombia que han practicado el terrorismo por décadas, no les interesa el progreso social de las masas, sino la toma del poder para dar rienda suelta a sus instintos insanos de someter a los demás, y por eso siguen proclamando maniqueamente el reduccionismo entre socialismo y capitalismo.

Para superar esa especie de entropía se debe plantear el sistema de economía múltiple, que recoja las iniciativas privadas y colectivas, buscando el bienestar de los ciudadanos, en donde la defensa del medio ambiente para preservar la vida en el planeta sea la prioridad, defendiendo la democracia económica sin caer en monopolios abusivos, pero primero rechazando al marxismo que exalta el estatismo burocrático y embrutecedor, el cual tiene como condición necesaria la miseria de las masas para volverlas más dúctiles a la dictadura.

Las aventuras políticas en Latinoamérica de gobiernos del socialismo del siglo XXl(marxismo) han empujado a algunos países a un engendro neocomunista, que recicló los desechos del marxismo leninismo de Europa oriental después de la caída del muro de Berlín, para imponerlos en nuestro suelo; por ello se deben de superar las asimetrías conceptuales en la región para liberarnos de ese manoseo ideológico totalitario, que llevan a situaciones como la de Venezuela en donde el castrochavismo ha traído una gran ruina, engañando y envileciendo al pueblo para que la nomenclatura se perpetué en el poder, aplastando la democracia y las libertades individuales.

La tragedia con el Coronavirus, definitivamente tendrá que cambiar los esquemas políticos, económicos y sociales de la humanidad, especialmente para los marxistas que siguen la línea del genocida ruso Lenin, quien señalaba que “salvo el poder todo es ilusión”, lo que constituye un exabrupto ante una realidad que demuestra lo limitado que es el ser humano, así los mamertos todavía no se hayan dado cuenta.

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Redacción Minuto30

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