Aunque los padres desde que nacen sus hijos son conscientes de que algún día ellos partirán, formarán sus propios hogares y tomarán las riendas de sus vidas, la gran mayoría de veces desprenderse de ellos les causa una gran tristeza. Este gran amor por los hijos, si no se sabe manejar, fácilmente se convierte en apego y eso hace que muchos padres vivan con un gran miedo constante de perder a sus hijos. Es por esto que algunas personas llegan a depositar toda su felicidad en sus hijos y si por alguna razón alguno de ellos muere, es tanto su aturdimiento emocional, que no conciben la vida sin ellos. Lo primero que desean es haber muerto en lugar de su hijo o junto con él y sienten que la vida sin ellos ya no tiene sentido, es decir, que la felicidad quedó sepultada junto con él.

Para muchas personas este proceso de duelo por la muerte de un hijo es supremamente doloroso, puede durar un tiempo y, poco a poco, recuperan la tranquilidad y la normalidad. Pero existen personas que no se reponen nunca; se sumergen en un sufrimiento intenso que puede llevarlos a estados lamentables. A estas personas les pregunto: ¿Porqué, a pesar de que ese ser querido amado murió, no aceptan esa pérdida y eligen sufrir intensamente y perturbarse por períodos prolongados? ¿De qué sirve sentir ese dolor y ese sufrimiento? ¿A quién pueden beneficiar con ello? ¿Al ser que se fue o a los que se quedaron aquí?

Hoy te puedes estar negando a aceptar la realidad de la muerte de tu hijo y puedes entrar en una pelea directa con Dios, no aceptando lo que sucedió. Cuando estás demasiado afligido, tus pensamientos negativos se disparan y todo el tiempo estás dando círculos sobre lo mismo que sucedió, sientes que pierdes el sentido de vida y ese gran vacío que comienza a crecer en tu interior, te lleva a estados de tristeza, depresión y sufrimiento profundos, y si no logras salir de ese ciclo de dolor, puedes enfermarte y tu vida se puede volver una pesadilla.

Aunque no tengo una varita mágica para quitarte el dolor que te puede causar la muerte de un hijo, si te puedo decir que cuando entras en el campo de la espiritualidad podrás comenzar a ver las cosas de una manera diferente y eso podrá ayudarte a superar más fácilmente su muerte.

Cuando comienzas a acercarte a la espiritualidad, comienzas a sentir que tu vida es más armoniosa. La verdadera espiritualidad consiste en que nada, ni nadie, ni ningún suceso o acontecimiento te pueda perturbar. Y, si por alguna razón en algún momento algo te perturbara, la espiritualidad te da el poder de elegir conscientemente y dejar de lado aquello que te causa sufrimiento.

La espiritualidad exige una práctica constante para que puedas entrar dentro de tu interior y puedas identificar pensamientos, sentimientos, emociones, miedos, creencias que te perturban y lograr cambiarlos desde tu consciente, impactando tu mente subconsciente, donde se aloja la memoria negativa que te hace sufrir.

Y recuerda que tu hijo es un ángel que simplemente se liberó de su cuerpo y estará siempre contigo en tu corazón. El día que partió a su nueva dimensión el cielo se vistió de gozo, júbilo y alegría en esa gran celebración, porque recuperaron uno de sus ángeles más queridos. Y por último, entiende que la resistencia que tienes de aceptar la voluntad de Dios, no solo te hace sufrir y enfermarte, sino que no deja que tu ángel evolucione.
Si quieres profundizar en este tema, encuentras información, prácticas y ejercicios en mi libro y audio de Te amo…pero soy feliz sin ti.

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Redacción Minuto30

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