Cómo afectan las pastillas anticonceptivas al cerebro de las mujeres

Imagen de referencia para ilustrar esta nota/PixaBay

Los ñames, en principio japoneses y luego mexicanos, fueron una fuente de progesterona, siendo los segundos de los que se extrajeran niveles más altos de la hormona como para poder ser usado como anticonceptivo, hasta que una década después naciera la píldora, que apenas hace pocos años científicos se percataron de su afectación en el cerebro.

Comparadas con las mujeres que no planificaban, aquellas que sí lo hacía, tenían regiones cerebrales masculinizadas. Las palabras, que son un aspecto a destacar en el género femenino, ya no eran una ventaja, y en cambio mejoraban aquellas aptitudes sobresalientes en los hombres.

Esto se debería, según la BBC, a que la píldora tomada contiene progestina (progesterona sintética) hecha a partir de hormonas masculinas, como indicó un estudio de 2012 que decía que el 83% de las estadounidenses tomaban este tipo de pastilla anticonceptiva que contiene una hormona masculina cercana a la testosterona, llamada nandrolona.

Se dice que las píldoras contienen estrógeno y progesterona, pero realmente son versiones sintéticas producidas con hormonas más estables. Con los años, se ha disminuido la dosis de esta segunda versión sintética a la vez que se combina con versiones de estrógeno sintético que cancela los efectos masculinos, tanto que se recetan para lo contrario; eliminar el exceso de vello y acné.

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Cambios importantes en el cerebro, como el encogimiento y ensanchamiento de ciertas zonas, son producto de las píldoras. En la actualidad no se sabe realmente qué impacto notable sobre el comportamiento tiene el uso de estas, lo que genera una crítica a la sociedad que se preocupa porque los atletas tomen esteroides (dopaje), e ignora que las mujeres tomen estas hormonas incluso antes de que su cuerpo se termine de desarrollar.