Colombia, caficultor mundial ¿cómo emprender?

La caficultura colombiana se encuentra en un ciclo de transformación, la Federación Nacional de Cafeteros emplea una serie de nuevas estrategias comerciales con renovados enfoques para el desarrollo rural, buscando posicionar el café del país en el segmento de cafés especiales, gracias a la excelente calidad del grano colombiano, primando así por el empoderamiento del caficultor como eje esencial en el proceso.

Los modelos de agricultura han comenzado a ver cambios durante los últimos años, los monocultivos extensivos bañados con insumos químicos pertenecientes a grandes productores han sido reemplazados por procesos más limpios, orgánicos, amigables con el medio ambiente y socialmente responsables, al destacar la importancia del campesinado colombiano, predominando la figura del agricultor. De esta forma, hoy en día los cultivos de café en Colombia no superan las 5 hectáreas y su producción representa el 65% de la cosecha cafetera en el país.

Pero… ¿qué es eso de los cafés especiales? En el mercado internacional se define así a aquel producto de mejores características, con un precio superior y un pago justo para el agricultor. Este tipo de cafés ha logrado una rápida y progresiva penetración, llegando a constituir en la actualidad el 26% de las exportaciones del grano.
Se puede observar entonces un cambio en el panorama y en la visión del consumidor, la caficultura se encuentra frente a un cliente renovado y más consciente, un cliente que valora los procesos productivos con un menor impacto ambiental y social, además de primar los aspectos de calidad, prefiriendo aquellos cafés que se procesan de forma natural y poseen propiedades organolépticas exquisitas para los sentidos.

Gracias a estas nuevas tendencias, han surgido una serie de subsectores en los cuales los emprendedores pueden incursionar, uno de ellos son los coffe shops, lugares en los que se ofrece café en medio de una atmósfera relajante, especialmente enfocada en los jóvenes quienes buscan romper con el ritmo acelerado de las ciudades, es por esto, que los lugares indicados para ubicar este tipo de negocios es cerca de oficinas y universidades, sitios indicados para trabajadores y estudiantes quienes buscan darse un break en compañía de un buen café.

La generación de certificados de calidad también emerge con mayor fuerza, cada vez existen más requerimientos por parte de los consumidores, quienes desean asegurar la compra de un producto natural, justo con el caficultor y responsable con el medio ambiente, estos certificados se convierten entonces en una excelente alternativa a la hora de influir en la decisión de compra del importador y de los clientes finales.

El negocio de las máquinas cafeteras también crece en Colombia, adoptando la costumbre de lugares como Europa y Norteamérica, donde las personas prefieren moler su propio café y de esta manera consumirlo más fresco, así que incursionar con este tipo de máquinas puede ser una buena oportunidad, no solo para comercializarlas con sujetos particulares, también con oficinas y lugares de trabajo donde el café es indispensable para los empleados.
Emprender como barista también es una buena alternativa, el café se ha convertido en un producto que va más allá de una simple bebida, los consumidores han generado toda una expectativa alrededor del café, ahora es más una experiencia para los sentidos y cada aspecto cuenta para el cliente, debido a esto la cantidad de baristas ha ido aumentando con el tiempo y ahora es muy común ver concursos de este tipo a nivel mundial, en los cuales las personas pueden aprender más sobre la caficultura.

Sin duda, el café colombiano atraviesa por un período de grandes transformaciones, cambios que están mostrando efectos positivos para los agricultores, el medio ambiente y la salud de los consumidores. La industria se encuentra frente a una serie de desafíos para responder a las nuevas exigencias del mercado, es allí donde los emprendedores tienen la oportunidad de sumergirse en un negocio de grandes proporciones.