Que las abuelas hoy tengan Facebook no es nada extraño, lo insólito sería que no reconociéramos que todo está atravesado por lo virtual; desde realizar una teleconferencia, desarrollar una reunión en línea; plasmar una denuncia por las redes; firmar y difundir una petición a algún gobierno; leer y opinar sobre las noticias que suceden en la ciudad… estos espacios ya son comunes en nuestras vidas.

Carlos Andrés Cardona appLas dinámicas de estudio, trabajo y de las relaciones interpersonales se han diversificado gracias a la implementación de las nuevas tecnologías, la flexibilidad y la cantidad de aplicaciones y sitios para comunicarnos han hecho de este tiempo, la era del acceso directo, donde los kilómetros se encogen y las “posibilidades” se amplían.

La virtualidad se reconfigura cada vez de manera más ágil, recordemos que la gente ingresaba a internet solo a consultar, usándola como una gran biblioteca de tomos pesados de información; en este instante no existía interacción, ni emoción por lo que sucedía en el entorno.

El correo electrónico y posteriormente la llegada de las redes sociales abren un campo nuevo para la observación, en algunos casos crítica, en la mayoría reproduciendo los estándares de conformismo. Las redes avanzan y se especializan como un nuevo escenario de lo social, donde inclusive se le puede hacer seguimiento a la inversión de los dineros que administra el gobierno.

Al construir esta columna, decidí ingresar a mi Facebook, -al que acuden nietos y abuelas a realizarme consultas sobres diversos temas-, esta vez entré con la idea de hacer una pregunta a los amigos de esta red, el interrogante fue ¿Cómo las nuevas tecnologías de la información y la comunicación contribuyen a salvaguardar los dineros y los recursos públicos, -los que son de todos-? Algunas de las respuestas fueron:

Para Carlos Jaramillo “La accesibilidad mayor a los medios de comunicación e información basados en las TIC hacen que la denuncia pública y el seguimiento de la gestión de los representantes del Estado, sea más participativa; permiten que se haga más control sobre los dineros públicos”. En el mismo sentido, otro ciudadano dice que “La inmediatez que se maneja en las redes sociales permiten reportar el trato que se les da a los dineros públicos” opina David Pabón.

Una de esas acciones que se pueden adelantar para vigilar lo público es la propuesta por Andrés Felipe Arbeláez “Con el acceso a internet, por ejemplo, podemos ingresar a la plataforma SECOP (Portal Único de Contratación). Ahí podemos hacer veeduría sobre los contratos que hacen las Administraciones Municipales”.

Pero no todo es así de sencillo Daissy Pérez Ospina, nos advierte sobre un tema que debemos pensar y es la agilidad de los medios digitales “…desde las redes sociales se facilita, ya que hay más flujo de información, es más fácil hacer una veeduría ciudadana, aunque tiene su lado negativo, ya que por ser tanta la información las noticias pierden su aspecto de actualidad, se enfría la opinión pública y sólo quedan haciendo seguimiento los directamente involucrados”.

Uno, un poco más escéptico, piensa que la información depende solamente de quien la produce “él/ella y su conciencia quien puede o no dar la información del proceder de estos recursos (públicos), por más plataformas asequibles o publicaciones en redes sociales que hayan, a la gente le ponen una cifra cualquiera y ni se inmutan por verificar esa información por aquello de que comúnmente no se revelan las cifras porque las investigaciones quedan en el aire” dice Kevin Arias.

A todo esto debemos sumarle que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación nos traen un espacio donde se puede incrementar la “libertad de expresión” la cual ha sido nuevamente limitada en varios países del mundo; acá se intentó una ley en ese mismo sentido, la cual se denominó ‘Ley Lleras’, por fortuna no pasó en los debates del Congreso de la República.

La virtualidad que hoy crece como un poder de la nueva ciudadanía, es el poder hacer la veeduría sobre lo que nos pertenece, desde allí no solo podemos enterarnos de lo que pasa en los gobiernos locales, departamentales y nacionales, sino, que dependiendo de los intereses que se averiguan estamos a un clic de poder impulsar una investigación frente aquellos que ostentan el poder y que manejan nuestros recursos.

Para la muestra de la importancia de lo virtual, dos botones: el trabajo en red que hace la MOE (Misión de Observación Electoral) para realizar un mapeo sobre la situación anterior, en y posterior a cada contienda electoral. El otro ejemplo es el Observatorio de Contratación Pública, laboratorio para proponer la innovación, el debate e ideas para mejorar la contratación pública en España.

En nuestro país hay leyes que obligan a los gobiernos a rendir cuentas, a informar y responder las solicitudes ciudadanas, a tener portales donde comuniquen las ejecuciones de los planes de desarrollo, esto que se ha denominado ‘Gobierno en línea’; lo cual es tomado por algunas administraciones como el mero cumplimento de una exigencia del orden central.

Se necesita entonces un mayor grado de apropiación por parte de la ciudadanía, para que de esta forma podamos actuar en favor de los intereses generales, evitando que se siga cometiendo la práctica “Hecha la ley, hecha la trampa”, la mejor forma de evitar lo anterior, es que de manera colaborativa, construyamos nuevos mecanismos para el control de los gobiernos, para controlar los recursos públicos; el llamado es a ejercer un real control ciudadano, las herramientas están disponibles para todos. @CardonaRamirez

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Redacción Minuto30

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