Las leyes aprobadas por el Parlamento venezolano en estos días implican la concentración de más poder en manos del mandatario Hugo Chávez, quien desea blindarse desde ya ante la posibilidad de que una oposición fortalecida lo aleje del poder en las presidenciales de 2012, aseguran analistas.

El saliente Parlamento unicameral dominado por el oficialismo aprobó en las últimas semanas leyes que dan más poder al Ejecutivo, introducen nuevas regulaciones a medios de comunicación, restricciones al financiamiento extranjero a ONGs, sanciones al cambio de partido de parlamentarios y favorecen a las mayorías y limitan la participación de los diputados de oposición.

La decisión más controvertida fue la de aprobar la llamada Ley Habilitante que permitirá a Chávez legislar por decreto durante 18 meses a contar de enero, justo cuando inicie funciones un nuevo Parlamento donde la oposición tendrá una fuerte representación con 67 de los 165 escaños, y hasta pocos meses antes de las presidenciales de 2012.

Esta ley fue solicitada por el propio mandatario para enfrentar la emergencia por las lluvias que dejaron miles de damnificados y además de promulgar decretos en los ámbitos de vivienda y bienestar social, Chávez podrá también aumentar el IVA y decidir expropiaciones de terrenos para favorecer a los afectados.

También fue sancionada una ley que según opositores limita la autonomía de las universidades, muchas de ellas claramente opositoras a Chávez, así como un conjunto de leyes del Poder Popular que buscan avanzar hacia el llamado Socialismo del siglo XXI, proyecto predicado por el jefe de Estado venezolano.

“Venezuela avanza en la consolidación de un régimen antidemocrático”, asegura a la AFP el analista político John Magdaleno, profesor del centro IESA en Caracas.

“Hay una gran distancia entre Venezuela y un régimen totalitario, pero ya estamos caminando en la dirección de una mayor supresión de esferas de libertad”, añade el director de la consultora privada Polity.

Por el contrario, el sociólogo, analista político y columnista Nicmer Evans, profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), declaró a la AFP que “la aprobación de estas leyes es un procedimiento absolutamente legal y legítimo”.

“Acelerar este proceso revolucionario en un año que se mostrará altamente conflictivo (por la presencia opositora en el Parlamento, ndlr) es una acción coherente, porque quien tiene el poder debe poder legitimarlo en función de su proyecto político”, planteó el experto.

Los diputados electos por la oposición acusaron a Chávez en estos días de convertir al gobierno “en una tiranía que los venezolanos deben derrotar”. También recordaron que el presidente hace oídos sordos a la voluntad del pueblo expresada en las urnas en las legislativas del pasado septiembre.

“Los espacios democráticos se han estrechado ya de una manera dramática. Si esto no es una dictadura, se le parece bastante”, aseguró a la AFP el analista José Vicente Carrasquero.

“A Chávez se le está haciendo más difícil el asunto. En 2005 ganó toda la Asamblea y se acostumbró a gobernar sin cortapisas, pero ahora presiente que puede haber un cambio de poder”, añade este profesor de la UCV, recordando las anteriores legislativas cuando la oposición decidió no participar y quedó fuera del Parlamento.

Por su parte, Chávez – electo en 1998, ratificado en referendo en 2004, reelecto en 2006 y que aspirará a un nuevo mandato en 2012 – acusó recibo de las críticas reafirmando la oportunidad de la Ley Habilitante, aunque también alertó sobre intentos de desestabilización, recordando el golpe de Estado que en 2002 lo alejó del poder momentáneamente.

“Algunos venezolanos enfermos de odio y sin razón siguen diciendo que esto es una dictadura, no se de dónde pueden sacar eso”, afirmó.

“Digan lo que les dé la gana, yo sirvo al pueblo”, añadió.

Para el encuestador Alfredo Keller, director de la firma Keller y Asociados, Chávez concentra cada vez más poder en sus manos para crear entre la oposición un sentimiento de que el voto y las elecciones son irrelevantes y así fomentar la abstención.

“Hace cinco años su popularidad era de 72% y este año ha caído incluso a 36%. Para ganar unas elecciones presidenciales en 2012 con este porcentaje de apoyo tiene que hacer que gran parte de la oposición se abstenga”, plantea.

Atentar contra la propiedad privada a través de expropiaciones es otra estrategia de Chávez para generar incertidumbre, comentó Keller a la AFP.

“Su estrategia es demostrar poder y abusar de él: eso es lo que le resulta más eficiente en términos electorales”, afirmó.

Por: Natalia Ramos
Vía Agence France-Presse

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Redacción Minuto30

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