Un día luego de la revelación de que los hermanos Comba, tenebrosos capos de la droga, pagaron un soborno de 12 millones de dólares al asesor de Juan Manuel Santos, J.J. Rendón, para que mediara frente a una posible entrega a la justicia, se destapó el escándalo de un hacker que realizaba presuntas interceptaciones ilegales a los negociadores del Proceso de La Habana y a comandantes del grupo terrorista de las Farc, según la Fiscalía, con el objeto de sabotear dicho proceso.

Pablo Andres Loaiza Bedoya appAl día siguiente, Óscar Iván Zuluaga, salió ante los medios –Cosa que nunca hizo Santos respecto al escándalo de su asesor- y publicó que el susodicho hacker, Andrés Sepúlveda, había sido contratado en su campaña para realizar una asesoría en redes sociales y seguridad informática, pero negó rotundamente cualquier vínculo entre las actividades ilegales de Sepúlveda y su campaña, como en efecto la Fiscalía lo confirmó.

Los medios de inmediato, como mejor saben hacerlo, iniciaron un cubrimiento informativo abrumador. Revelaron quién era el famoso Sepúlveda y se descubrió que este había trabajado para J.J Rendón apenas unos meses antes de ser contratado por Zuluaga, que él 4 años antes había trabajado para la campaña de Santos y su esposa para el entonces candidato presidencial liberal y hoy Ministro de Trabajo de Santos, Rafael Pardo, además de haber ofrecido asesorías a la propia Presidencia de Santos y a la Fundación Buen Gobierno… sí, la de Santos.

Pero hay algunas cuestiones que me generaron curiosidad: Primero, el escándalo del hacker se destapó un día después de aquel que involucraba al asesor Santos, pese a que se comprobó que la Fiscalía tenía información al respecto desde el mes de diciembre. Segundo, su destape se dio luego de que Zuluaga empezara a mostrar una tendencia al alza en las encuestas y comenzara a acercarse peligrosamente a Santos. Y por último, los grandes medios dedicaban en promedio de 7 a 9 minutos en el cubrimiento del escándalo de J.J. Rendón y Santos, y unos 25 minutos al del hacker y Zuluaga.

Ahora la Revista Semana, cuyo director es un pariente de Juan Manuel Santos, a 8 días de las elecciones, publicó un video donde se veía a Zuluaga reunido con Sepúlveda y este le comentaba sobre unas páginas web que estaba construyendo a partir de información que había obtenido de inteligencia militar. Nuevamente, la Unidad Nacional santista salió al paso y solicitó por segunda vez la renuncia de Zuluaga a su candidatura presidencial.

Al ver el video surgieron algunas dudas que pongo a consideración de los lectores:

  1. ¿Por qué la información sobre el hacker Sepúlveda se reveló apenas muy entrada la campaña presidencial y luego del escándalo que involucraba al asesor de Santos, pese a que la Fiscalía General de la Nación poseía información sobre sus actividades desde diciembre pasado?
  2. ¿Por qué los medios ofrecían un cubrimiento más amplio del hecho que favorecía la candidatura de Santos que de aquel que lo perjudicaba?
  3. ¿Por qué, si Sepúlveda tenía un historial laboral más cercano a Juan Manuel Santos, a aquel lo muestran más involucrado con Zuluaga que con este?
  4. ¿Quién grababa el video, por qué lo hacía a hurtadillas y por qué solo enfocaba a Zuluaga?
  5. Si el video hacía parte del material probatorio que tenía la Fiscalía en su poder, ¿Por qué ese material vino a parar a manos de la Revista Semana? ¿Quién o quiénes se lo filtraron?
  6. ¿Por qué el video se publica a 8 convenientes días antes de elecciones y un día después de que reputadas firmas (Cifras & Conceptos, Invamer Gallup e Ipsos Napoleón Franco) publicaran tres encuestas donde Óscar Iván Zuluaga le ganaba a Santos en segunda vuelta? @PabloAndresLB
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Redacción Minuto30

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