Estudiantes y el gobierno se preparan para sentarse a una mesa de diálogo, en el primer avance significativo para destrabar el conflicto en Chile, que se extiende ya por casi cinco meses por un mejoramiento de la educación pública.

Pero al mismo tiempo de la instalación formal del diálogo, los estudiantes resolvieron seguir en las calles, en un intento de mantener en alto la presión de un movimiento que cuenta con un amplio respaldo ciudadano.
“Con la mesa de diálogo hay mayor razón para la movilización”, señaló este miércoles la líder estudiantil, Camila Vallejo, al explicar las razones que tuvo la Confech para aceptar la oferta de diálogo del gobierno pero sin llamar a retornar a clases y ratificando un llamado a paro nacional para este jueves.
“Las marchas son nuestra herramienta de presión para demostrar el apoyo ciudadano, el respaldo de la mayoría”, agregó Vallejo.
Una última encuesta conocida el martes reveló que un 89% de la población apoya el reclamo por una educación pública gratuita y de calidad en una país que cuenta con uno de los sistema educativos más segregados del planeta, producto de las reformas liberales impuestas por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
El llamado a movilización para este jueves incluye una nueva marcha por el centro de Santiago, tras una última manifestación hace una semana que reunió a unas 60.000 personas. Esta vez el llamado se amplió a otros sectores, según señaló Vallejo.
“Ya están convocando otros sectores, no sólo los estudiantes, sino que profesores, trabajadores de la educación, funcionarios de la salud y el sistema público en general, así que vamos a estar todos mañana (jueves) en la calle”, agregó Vallejo, la cara más visible del movimiento estudiantil.
Mientras los dirigentes estudiantiles afinaban la metodología de trabajo que le propondrán al ministro de Educación, Felipe Bulnes, el gobierno aún no había comentado la última resolución de los estudiantes.
“La voluntad (de los estudiantes) es poder empezar hoy día mismo” con las negociaciones, “sobre todo porque necesitamos en primera instancia conocer la Ley de Presupuesto”, que incluye un aumento al presu de educación que aún no se conoce y que debe ser ingresada al Congreso a más tardar este viernes, señaló Vallejo.
En tanto, dos estudiantes de secundaria depusieron este miércoles una huelga de hambre que realizaban desde hace 71 días, en respaldo a las movilizaciones estudiantiles.
Maura Roque y Johanna Choapa, estudiantes del Liceo Darío Salas de Santiago, suspendieron su medida de presión tras presentar un severo deterioro de su condición de salud.
“Bajamos la huelga como una señal de fortaleza. El movimiento secundario nos necesita enteros, construyendo organización y posibilitando la lucha cotidiana en cada liceo. No abandonaremos las filas de la lucha”, dijo Roque, en conferencia de prensa en el hospital.
Ambas menores, que durante todo este tiempo aceptaron consumir líquido, habían sido trasladadas la semana pasada al hospital San Borja de Santiago tras sufrir una caída del nivel de azúcar en la sangre.
En casi cinco meses de conflicto, los estudiantes han protagonizado multitudinarias marchas, consideradas las más masivas desde el retorno a la democracia tras la dictadura de Augusto Pinochet, en 1990, y otras forman originales de protestas, como una corrida de 1.800 horas por la casa de gobierno y una masiva ‘besatón’.
Hoy unos 250.000 escolares se mantienen sin clases, al igual que miles de estudiantes universitarios, tras declararse en paro u ocupar sus escuelas y universidades.
Santiago -AFP-
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