¿Confías en tus ojos? Reformulemos la pregunta: ¿pondrías tu vida en tu capacidad visual, si de ello dependiera?. La percepción y la realidad no son la misma cosa, y nuestros ojos pueden engañarnos si se enfrentan a alguien entrenado en el arte del engaño y el disfraz.

En la naturaleza, animales y plantas utilizan su entorno para esconderse de los depredadores o para cazar con mayor eficacia. El largo entrenamiento (e incluso algunos avances tecnológicos) han permitido que los francotiradores pasen virtualmente desapercibidos frente al ojo no entrenado: podríamos decir que aunque el fotógrafo nos marque el lugar desde donde el soldado apunta, para nuestra mirada muchas veces el resultado es el mismo; somos incapaces de ver el peligro aunque lo tengamos enfrente.
¿Puedes encontrar al francotirador escondido en estas imágenes?
Este “Wally” está armado y apuntando hacia la cámara…
Ahí está…
Sobre el arbusto del frente.
Entre los troncos del árbol que baja desde la izquierda.
Sobre el montón de troncos podridos.
Al centro de la pradera, ligeramente hacia la izquierda del fotógrafo.
Imposible detectar al francotirador justo entre la intersección donde las piedras se oscurecen, a la izquierda de la imagen.
A la derecha, justo donde terminan las espigas y comienza el desnivel.
Cómodamente apostado a la sombra del árbol izquierdo, el de las flores.
A la izquierda entre los árboles vemos un emplazamiento falso. El francotirador en realidad está más al fondo, a la derecha, entre los árboles delgados.
Fuente: pijamasurf.com
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