Defensoría del Pueblo alerta sobre incremento de municipios en riesgo por la jornada electoral reclutamiento
Foto cortesía

Bogotá, 24 may (EFE).- Falsos campamentos de verano o promesas de regalos de motocicletas o armas, así como amenazas a padres y profesores, son algunos de los nuevos métodos de reclutamiento utilizados en Colombia por los grupos armados para sumar niños y jóvenes a sus filas, informó este martes la Defensoría del Pueblo.

Así lo aseguró el defensor del Pueblo, Carlos Camargo, al presentar el informe «Dinámicas actuales de reclutamiento, uso y utilización de niños, niñas y adolescentes por parte de grupos armados ilegales o delincuencia organizada».

En el documento se señala la vulnerabilidad de los niños y adolescentes, que aumentó durante la pandemia debido a la deserción escolar y fue aprovechado por los grupos armados ilegales para decirles a sus padres que se los iban a llevar por unos días para que no se quedaran en las casas sin hacer nada, a modo de campamento de vacaciones y que después los iban a regresar.

Este método ha sido especialmente utilizado por el Clan del Golfo, que buscan tanto a hombres como mujeres de entre 17 y 25 años y prometen llevarlos a recibir entrenamiento en campamentos y, posteriormente, permitir que sirvan como milicianos, en las zonas donde residen.

También ha habido amenazas a docentes y directivos de establecimientos educativos, «lo que resulta más grave ante la presencia de grupos ilegales cerca de los colegios y otros entornos protectores», indicó la Defensoría en un comunicado, en el que apuntó a su vez a un incremento de la presencia y accionar de grupos de delincuencia trasnacionales.

Estos grupos se aprovechan de los problemas socioeconómicos, agudizados por la pandemia, y engañan a los jóvenes diciéndoles que tendrían sumas de dinero mensuales, en algunos casos de hasta un millón de pesos, o que les regalarían motocicletas o armas, entre otros elementos.

Camargo precisó que en algunos casos involucran sentimentalmente a las víctimas, con supuestas novias que los inducen a ingresar a los grupos ilegales.

Ellas los llevan a otros municipios con promesas de trabajo y los inducen al consumo de sustancias psicoactivas, para luego involucrarlos en las actividades de narcotráfico y la extorsión.

En todos estos métodos «hay una combinación con otras conductas violatorias a los derechos como amenazas, desplazamiento forzado, desplazamientos intraurbanos, secuestro, violencia sexual, explotación sexual comercial, homicidios, desapariciones, tratos inhumanos o degradantes y restricciones a la movilidad en contra de nuestros niños», señaló Camargo.

La Defensoría mostró su preocupación por el resguardo Kwes Kiwe Nasa y el asentamiento Pueblo Nuevo, en el Valle del Cauca; el consejo comunitario Alto Mira y Frontera y algunos resguardos en Nariño, y en varios resguardos en Amazonas.

«La respuesta al fenómeno del reclutamiento forzado debe incluir programas sociales que faciliten el acceso al empleo, la vivienda digna, la educación, la salud», entre otros, indicó Camargo, señalando que esta es «una forma de ganarle ventaja a los grupos armados que en muchos casos terminan ofreciéndole a los jóvenes alternativas de vida rentables».

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