La resistencia que tienes hoy a aceptar la realidad que estás viviendo es la que te hace sufrir y desgastarte emocionalmente.

Un explorador que estaba en la selva quedó atrapado a mitad de camino, debido a un inmenso lago que no le permitía llegar a su destino final. Durante muchos días decidió trabajar construyendo con sus propias manos una barca que le permitiera continuar con su camino. Después de algún tiempo, finalmente su esfuerzo se vio recompensado al terminar una linda canoa en la que cruzó felizmente el inmenso lago. Al llegar a la otra orilla pensó: ¨¿Qué tal que en mi travesía encuentre otro lago y tenga que volver a trabajar arduamente para poderlo cruzar?¨. Esta pregunta le hizo decidir cargar la canoa en sus hombros y arrastrarla en contra de todos los obstáculos que iban apareciendo durante varios días.

Finalmente cansado y lleno de dolor por tenerla que cargar, pensó que tenía que soltarla y que lo que una vez le había dado tanta alegría y felicidad ahora le estaba creando sufrimiento y desesperación y ya no podía avanzar, por lo que sólo le quedaba la opción de soltarla y dejarla abandonada allí, para no morir en aquel lugar y seguir avanzando. Inmediatamente se preguntó nuevamente: ¨¿Pero, cómo abandonarla si me ha hecho tanto bien, si me ha permitido salir de aquella situación tan grave en la que me encontraba? ¿Qué pasará mañana si vuelvo a necesitarla? ¿Qué pasará con mi seguridad, certeza y tranquilidad?. Así es como funciona el apego; colocas en un altar aquello que tu mismo construiste y tu mente se queda atrapada allí, haciendo que soltar eso que imaginaste necesitar sea muy doloroso.

Al apego, que para mi es una enfermedad mortal, la causa de todo el sufrimiento humano y el origen de la infelicidad, no se le ha dado la importancia que debe tener, ya que es un virus letal, que empieza a propagarse dentro de tu cuerpo, tu mente y tu espíritu, arrasando y amargando tu vida y afectando a todas las personas que están a tu alrededor, hasta crear un infierno viviente al que nunca quisiste entrar. Él no sólo afecta tu estabilidad emocional y tu libertad sino que acaba con tus relaciones personales, familiares y tu vida, hasta llegar muchas veces a extremos como el suicidio, el homicidio o a grandes y esclavizantes adicciones.

Siempre he creído que la educación desde el colegio debería enseñarnos a liberarnos del apego, el miedo y el rencor, que son las grandes semillas tóxicas que llevan a que los niños y adolescentes vivan en una angustia y un sufrimiento constantes, que si no se manejan adecuadamente llevan irremediablemente a todo tipo de adicciones y dependencias emocionales . Es por esto que hoy en día hay grandes problemáticas como el alcoholismo, la drogadicción, el matoneo, el intento de suicidio, los trastornos alimenticios, las adicciones al sexo, a internet, a las redes sociales, a la comida, a la moda etc.

¿Te has preguntado entonces de dónde nace el apego? El apego nace del miedo cuando crees que sin esa persona o esa cosa a la que estás apegado nunca podrás ser feliz, y al establecer inconscientemente ese vínculo emocional a esa creencia falsa y perversa de que la felicidad, la tranquilidad, la confianza y la libertad dependen de alguien o de algo más y no de ti mismo, te desestabilizas emocionalmente y es allí cuando la programación que te han dado y el miedo arrasan con todos tus principios, quitándote la alegría de vivir y la pasión por la vida, quedando atrapado sin salida. La amenaza que sientes de perder tu fuente de placer, es lo que hace que quieras controlar y manipular lo que está en el exterior y está haciendo que te sientas prisionero.

Si entiendes que el apego es una ilusión, una fantasía de tu mente creada por el miedo, y que así como la has creado la puedes des crear, estarás dando el primer paso a la liberación interior. ¿Cómo entonces identificar esa fantasía que has creado y cómo hacer para des crearla?

1. Observa atentamente cuando nació en ti esa creencia o esa idea de que para ser feliz, necesitabas de esa persona o de esa cosa que tienes miedo de perder.

2. Identifica cuál es el miedo enmascarado sutilmente en esa programación o en esa creencia. Una vez lo has identificado, enfréntalo; porque el miedo es cobarde y cuando lo miras de frente, desaparece.

3. Concéntrate en lo bueno de no tener eso que estas perdiendo, no en lo malo. Aprende a disfrutar lo que llega a tu vida, sin necesitar desesperada y compulsivamente eso que crees necesitar tanto.

4. Entiende que todo en el mundo cambia y evoluciona; y si entiendes esto, y dejas que las cosas fluyan, sin aferrarte al resultado, esa fantasía se pulverizará, porque sabes que tarde o temprano todo cambiará, es decir dejarás de guardar la esperanza de que todo permanezca igual y no tendrás miedo de perderla.
5. Crea la no expectativa, la no esperanza, magnificando lo malo y los defectos de eso a lo que estás apegado y minimizando lo bueno y las virtudes.

6. Aprende a soltar y a elegir sin miedo a perder, siendo independiente, amando en libertad. Cuando te das cuenta de que si sigues inconscientemente aferrado a esa fantasía y entiendes que tu vida será miserable, estarás por primera vez dispuesto a vivir dignamente y a soltar.

Por eso deja a un lado ese deseo insaciable o esa creencia y recupera tu auto control, entiende que si te hace daño no debes persistir en cargarlo. Es como si vas a un río turbulento y tratas de nadar contra la corriente; por mas que te esfuerces, tarde que temprano el río te arrastra. En cambio cuando nadas con la corriente, no hay desgaste, vences la incertidumbre, que es la que no te deja fluir y te genera tanto miedo y resistencia.

Recuerda que no hay nada estable, ni permanente, ni seguro; entonces suelta la barca, navega en lo desconocido, fluye alegremente y entenderás que desapegarte no es desamor, es simplemente no auto engañarte y desprenderte de esa creencia perversa y falsa que te hacía sufrir.

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