Estados Unidos está a punto de vivir una nueva jornada electoral, con el covid-19 como principal foco, sin embargo, el calentamiento global también juega un importante papel, y California podría complicar el panorama del actual presidente, Donald Trump.
Y es que California sufre los mayores incendios de su historia y temperaturas récord que han impulsado incluso a que se prohíba la venta de vehículos a gasolina después de 2.035.
La drástica medida, anunciada hace unas semanas por el gobernador Gavin Newsom, enfrenta al estado más rico y habitado de EE.UU. con el mandatario Donald Trump, quien tras abandonar el Acuerdo de París impidió que California impusiera sus propios estándares contra emisiones contaminantes, durante décadas más estrictos que los del resto del país.
Newsom llevó la decisión de Trump a los tribunales en un capítulo más de la enemistad entre el presidente conservador y la progresista California, territorio que ha hecho del medioambiente su batalla particular durante la carrera electoral, lo que puede influir en el resultado de los comicios en estados clave.
Con más de 40 millones de habitantes y una economía que si fuera independiente estaría entre Alemania y Francia, California se presenta como la abanderada en la lucha contra la crisis climática que el Gobierno estadounidense niega desde hace cuatro años.
La poca simpatía que Trump siente por la costa oeste es tan pública que él mismo menciona los problemas que enfrenta (incendios, crisis de vivienda, elevado coste de vida…) como ejemplo de las consecuencias de un Gobierno progresista en Estados Unidos.
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