Publicaron un escrito lleno de cizaña, escaso cacumen y mucho acomodo y tergiversación de los hechos en la revistilla dirigida por el sobrino del espurio y fugitivo embaucador del pueblo colombiano y le armaron un debate mediático al Ministro Carrasquilla que pretende enlodarlo y llevarlo a renunciar al cargo que le solicitó desempeñar el Presidente Duque.

Ese negociante escritor que desdice de la profesión de periodista, hace parte de un grupo de parceros de odio hacia quien los puso en sus sitio y les impidió en su momento, concretar el monopolio que han querido montar en lo que respecta a la orientación de la opinión basados en una supuesta ideología, pero que indudablemente se orienta a conseguir la consolidación del cartel de la información regida por unos pocos para convertirse en fuente de presión suficiente para chantajear a los mandatarios y sus administraciones.

Esa camarilla nació desde antes de terminar Uribe su mandato, cuando pretendieron que les adjudicaran canales públicos a dedo y salió a flote en los 8 años de desgobierno que terminaron el 7 de agosto del 2018. El odio visceral y salido de las entrañas pero nunca de un cerebro pensante se ha visto en libelos, caricaturas, noticieros, acusaciones infundadas, mentiras, verdades a medias, calumnias y en fin todo tipo de formas de lucha que los lleva a ejecutar acciones insensatas pero mediáticas.

Consiguen aliados asistiendo aun sin invitación a reuniones, agasajos y en todo tipo de eventos en donde la lagartería sea recibida, para acercarse a sus futuras presas para; con engaños o aprovechando su ingenuidad y sus diferencias políticas con quienes queremos un país legal, conviviente y en continuo desarrollo; llevarlos a generar estos remedos de debates de control político en donde la sustancia desaparece para darle salida a los insultos, las verdades a medias, las tergiversaciones y la idiotez del ignorante que se cree listo.

No sé cómo maneja las finanzas el señor Robledo, pero cualquier persona con algo de sentido común hace cuentas antes de solicitar un crédito y muy seguramente hará sus cálculos para definir de donde saldrá el dinero para cancelarlo. En esas operaciones definirá si puede o no cubrir los intereses, si el plazo es el adecuado, las obligaciones que se desprenden son justas o leoninas y en fin todas esas variables que se deben hacer cuando se quiere aprovechar una posibilidad de consecución de recursos para facilitar la ejecución de un proyecto financiado por terceros.

La responsabilidad del uso de los recursos que entregan, el control de su destino y la eficacia de la obras no dependen nunca de la ley sino de aquel que quiere, con base en unas normas, aprovechar esas posibilidades. Si hubo desorden, corrupción, enriquecimiento de los ejecutantes o malversación de esos recursos por parte de los alcaldes o funcionarios de eso municipios, no se puede hacer responsable de esos hechos a quien tuvo la idea y propuso esa forma de financiamiento para esos proyectos y más cuando fueron definidos con destinación específica. Al negociante “periodista” y al ¿Senador? Robledo, parece que les faltaron algunas o muchas palabras en el bautizo si se los hicieron, puesto que solo ven por esos ojos torcidos que observan solo lo que les conviene. Su capacidad de análisis objetivo es de una liviandad suprema.

De esos 117 municipios alrededor de 30 hicieron el uso correcto de los recursos, ejecutaron las obras y han pagado cumplidamente el crédito conseguido. El resto es conveniente que los organismos de control investiguen lo sucedido y así encontrar en donde se perdió el rumbo del dinero y para donde se fueron y a que bolsillos engrosaron o si fueron mal planteados los proyectos y más ambiciosos de lo que permitían el monto de los créditos. Los alcaldes que rigen municipios mal administrados estarán felices si les condonan esas obligaciones y si su ruido les ayuda en ese propósito, lo harán como corifeos de esos malquerientes enfermos de odio. Politiquería barata como esa de reducir el salario de los congresistas.

Endilgarle responsabilidad al estructurador de los bonos agua por el uso indebido de esos recursos, es similar a echarle la culpa al creador de la vida por lo mal que hemos aprovechado el libre albedrío.

Claro que ha hecho carrera enjuiciar a quien propone y no a quien fraudulentamente se beneficia de esas propuestas. Andrés Felipe Arias es una de esas víctimas extrañas.

Postre: Esas chuzadas por error son un entuerto que nunca podrán explicar satisfactoriamente los miembros del cartel 2 de la toga. Huelen hediondo, saben amargo y tendrán consecuencias nefastas para esas organizaciones delincuenciales que se quieren llamar cortes.

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Redacción Minuto30

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