Después de 22 horas de discusión, a las 7:30 de la noche del miércoles 3 de mayo la plenaria de Senado le dio la bendición legislativa al Plan Nacional de Desarrollo, sin embargo, las sensaciones entre los congresistas parecen agridulces, por algunas cosas que se aprobaron y por las que se eliminaron.
Juan Felipe Lemos del Partido de La U, aseguró que lo mejor de la aprobación del Plan es con el trabajo desarrollado por el Congreso, con seriedad y responsabilidad, que le entrega al Gobierno una hoja de ruta, que demuestra que el Congreso no torpedea los planes del Gobierno; y considera que lo malo, para su gusto, son las asociaciones público populares consagradas en el plan.
El presidente del Partido Conservador, Efraín Cepeda, asegura que lo mejor del Plan es el consenso logrado en algunos aspectos polémicos, lo que permitió sacar adelante una ley que irrigará de recursos, incluso privados, diferentes sectores de económicos y sociales. Lo que definitivamente no le gustó fue la pretensión de adelantar expropiaciones rápidas para adelantar la reforma tributaria.
Paola Holguín y María Fernanda Cabal, senadoras del Centro Democrático, aseguran que de lo bueno hay muy poco para destacar por fuera de los artículos que lograron eliminar como oposición, pero que definitivamente lo malo fue el desorden y la falta de método en la estructuración del plan de desarrollo, además de los artículos incluidos a último momento.