El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, incluyó las actividades religiosas «de cualquier naturaleza» en la lista de servicios esenciales que deben seguir funcionando pese a la expansión de la pandemia del coronavirus y las recomendaciones de que las aglomeraciones deben ser evitadas.

En un decreto publicado este jueves en el Diario Oficial el mandatario instituye que están permitidas las «actividades religiosas, de cualquier naturaleza», siempre y cuando sean «obedecidas las determinaciones» del Ministerio de Salud.

Ante el acelerado avance del coronavirus, las principales congregaciones religiosas de Brasil habían anunciado la suspensión de cultos, misas y celebraciones presenciales, que pasaron a ser televisadas. Sin embargo, la mayoría de las iglesias y templos siguen abiertos para ofrecer atención «individual» a sus miembros.

Bolsonaro, uno de los más incrédulos con respecto a la gravedad de la COVID-19 y que incluso llegó a exigir el fin de las medidas de aislamiento social, ya se había manifestado en contra del cierre de establecimientos religiosos y expresó que no cabía a los gobernadores «decir que no se puede tener más culto o misa».

En los estados de Sao Paulo y Río de Janeiro, los más golpeados por el coronavirus, las actividades religiosas estaban limitadas y los cultos y misas estaban suspendidos.

Tras la publicación del decreto, la Fiscalía de Río de Janeiro recomendó al gobernador fluminense, Wilson Witzel, que adopte «medidas efectivas» orientadas a «la suspensión de toda y cualquier forma de reunión presencial en el ámbito de organizaciones religiosas» que «involucren aglomeración de personas».

En el decreto publicado hoy, Bolsonaro, de 65 años, también ordenó que todas las casas de lotería bajo la órbita federal deberán ser reabiertas.

Destacan además entre los servicios esenciales que deben seguir en funcionamiento la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, la fiscalización del trabajo, los servicios bancarios y las actividades de investigación relacionadas con la pandemia, entre otros.

De acuerdo con los últimos datos oficiales, Brasil tiene hasta el momento 57 muertes y 2.433 casos confirmados de coronavirus, al cumplirse un mes de la identificación del primer diagnóstico positivo y una semana después de que se registrara el primer fallecido a causa de la enfermedad.

A pesar del escenario y las alertas de las autoridades sanitarias y de la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), Bolsonaro criticó esta semana en reiteradas ocasiones a los gobernadores que han adoptado medidas restrictivas y exigió que el confinamiento sea restringido a los ancianos y enfermos.

«Si la política de aislamiento continúa tendremos el caos y el virus juntos», reiteró el líder ultraderechista ayer en declaraciones a los periodistas en Brasilia.

Las declaraciones generaron un aluvión de críticas en todos los sectores de la política, incluido el presidente del Congreso, David Alcolumbre, y los gobernadores de los 27 estados brasileños.

Asimismo, pese a las críticas de Bolsonaro, los gobernadores mantuvieron la víspera una reunión virtual -sin la presencia del mandatario- y anunciaron que desoirán al presidente y mantendrán las cuarentenas y otras medidas restrictivas.

En la misma línea que los gobernadores se manifestó el Frente Nacional de Alcaldes, que agrupa a los jefes de los 5.571 municipios del país, que han adoptado sus propias medidas restrictivas para «cuidar la vida de la personas y de los ciudadanos de todas las edades, lo cual debe ser el principio humanitario de quien tiene la responsabilidad de liderar».

EFE

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Minuto30 Agencias

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