Semana tras semana se dan hechos contradictorios, propiciados por aquellos que se dicen amigos de la paz del espurio y que para colmo se quieren aprovechar del hastío provocado por los altos niveles de corrupción, en la que ellos mismos han caído pero que, con la estrategia de señalar a otros, pretenden exculparse.

El país anda anestesiado por el embrollo en el que nos metió el bodrio que tuvimos en la casa de Nariño hasta el 7 de agosto pasado, embrollo que tiene al narcoterrorismo entronizado en el legislativo y con tentáculos, algunos localizados, en la rama judicial y medios de comunicación.

El comportamiento ilegal, las agresiones verbales y las casi nulas consecuencias ante estos aberrantes delitos, originan desazón y mucha desconfianza en el pueblo colombiano y aunque esto es grave, no tiene comparación con la pasmosa lentitud de los organismos estatales competentes para abocar las investigaciones correspondientes y actuar de manera drástica e inmediata para, de una vez por todas, erradicar esas acciones ofensivas para la convivencia.

La abundancia de leyes, incisos, parágrafos y acápites en nuestro sistema judicial nos lleva a concluir que las condenas se dan, por la mala calidad de muchos de los abogados que fungen como litigantes puesto que para cada delito hay atenuantes y mil y una maneras de lograr absoluciones o dilataciones en los procesos para conseguir las debidas prescripciones. El problema no es por falta sino por exceso de leyes.

Hechos flagrantes realizados a la vista de todo el mundo salen indemnes y sus protagonistas se fortalecen para continuar con su accionar delictivo.

Falsificadores confesos, intemperantes verbales y por ende insultadores y calumniadores consuetudinarios, exhibicionistas considerados faros morales, defraudadores del erario público, terroristas y narcotraficantes comprobados, mentirosos obsesivo compulsivos, secuestradores, violadores de los derechos humanos, pederastas, corruptores de menores, periodistas vendidos que ofenden a sus colegas serios y probos y, en fin, todo tipo de delincuentes andan unos en los pasillos del congreso ocupando las curules que supuestamente deben estar reservadas para ciudadanos ejemplares, otros en las cortes cuya majestuosidad se ha visto apabullada por la opacidad de los magistrados, algotros se desempeñas como periodistas y conductores de noticieros y programas de opinión y muchos de ellos, camuflados entre los disfraces de líderes sociales, pretenden escudarse en esa condición para poder ejercer libremente y sin cortapisas sus labores narcoterroristas. Casi todos están acompañados de abogados de colectivos cuyos éxitos se deben a sus compañeros ideológicos incrustados en el poder judicial.

En el video del fulano de la bolsa hay indicios fidedignos para concluir que los hechos allí registrados son del 2009 y por ende los participantes son sujetos a la legislación vigente por esa época. Claro está que el que guarda con fruición incuestionable sus adorados fajos, quiere hacernos creer con la estrategia de que una mentira repetida mil veces se transmuta en verdad revelada, que eso sucedió en 2005 para eludir la acción de la justicia y, acorde con el recibimiento que le hicieron en los pasillos de la corte suprema, es muy factible que eso se convierta en verdad. Algo similar a lo que ha estado sucediendo con el cenador sarroso y mal oliente que de acusado por manipulación de testigos pasó a ser el ofendido y defendido por los mismos magistrados.

¿Será que 9 años después usaron la misma bolsa de los fajos para introducir con engaños, unos ratones en el congreso y lanzarlos a la bancada del centro democrático? Esa bolsa da la impresión de que tiene unos superpoderes mágicos y convierte fajos de billetes en ratones blancos, así como del sombrero del mago sacan palomas y conejos.
Ese mismo fulano de la bolsa saca a diario sandeces, similares a las de la gritona (¿Se ponen de acuerdo?), atacando siempre al motivo de sus obsesiones compulsivas y en esta semana le dio por acusarlo de querer cerrar el noticiero de su muy posible compañero de andanzas (también obsesivo compulsivo) y muy reconocido coronel de los principios negociables.

Postre: Los aviones y tropas rusas en el vecino país son una provocación directa y descarada que quiere incrementar el enrarecimiento del ambiente de convivencia latinoamericano. Esto trae a la memoria el conflicto con los misiles de Cuba en la década de los 60. Mostrar dientes así como las ideas, son las tácticas de estos individuos de izquierda. Caducas y repetitivas.

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Redacción Minuto30

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