La Policía inició las investigaciones correspondientes y encontró las volquetas en un parqueadero de Fontibón sin que hubiera información sobre los propietarios de las mismas. Pese a que realizaron registros, las volquetas no tenían carga, lo cual hizo dudar a los uniformados que llegaron a pensar de que era una información falsa.

Por ello de inmediato solicitaron el apoyo de los caninos de la Policía Aeroportuaria y allí fue cuando llegó Black un perro de raza labrador dorado, de 5 años y experto en detectar la droga en el aeropuerto.

Black olfateó las volquetas y con un certero gesto mostró a los uniformados que había droga; lo hizo sentándose y mostrándole con el hocico al policía de antinarcóticos dónde se encontraba el cargamento ilegal.

La droga estaba escondida en la parte que une la cabina con la carrocería, los policías encendieron el motor de arranque para poder buscar la droga pero no aparecía así que con una pulidora cortaron la cubierta de acero que protege la volqueta vieron un par de correas que jalaron y sacaban uno a uno los bloque de droga representados en 1.110 paquetes de clorhidrato de cocaína con un peso de 1.100 kilos.

“Se valen de todos los métodos de ocultamiento fracasando en cada experimento, estamos adelante analizando, investigando y ejecutando acciones tendientes a reducir el tráfico, con esta incautación evitamos que más de tres millones de dosis llegaran a los mercados de consumo en el mundo”, dijo el coronel Julio Ernesto Triana Vergel, jefe de la oficina de Interdicción de la Dirección Antinarcóticos.

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Laura Pineda

Comunicadora social de la Universidad Católica Luis Amigó. Soy amante de contar historias de ciudad y tengo un agudo olfato periodístico.

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