Mi padre de Abejorral Antioquia y mi madre de Aguadas Caldas se casaron y, obedientes al mandato bíblico de “creced y multiplicaos”, Génesis capítulo primero, engendraron doce hijos, seis hombres y seis mujeres. En aquel hogar abundaban las necesidades, pero sobraban el amor y el respeto entre todos nosotros. A pesar de la estrechez y las incomodidades éramos felices, además querían tanto a mi padre y a mi madre en la familia que en la casa no faltaba el abuelo y las visitas de primos, primas, tíos y tías, quienes venían de pueblos a temperar unos días en la casa. ¡Tan berraquitos papá y mamá con una familia tan numerosa!, y lo digo porque mientras yo disfrutaba mi niñez en compañía de mis once hermanos, años setenta, en otros lugares del planeta, concretamente en China, se dió la prohibición de tener más de un hijo por familia.

Ante la exagerada tasa de natalidad el gobierno chino de Deng Xiaoping decidió instaurar, en 1979, la política nacional de un solo hijo por hogar. Cuenta la historia que los abortos se multiplicaron a cifras nunca conocidas, abortaban por temor al régimen y ante la falta de dinero para pagar la multa y poder criar su segundo hijo, la verdad, fueron muy pocos quienes pudieron cancelar la multa comprometiéndose a no tener más hijos. La vida familiar y social para los chinos cambió rotundamente. La medida de un solo hijo tuvo vigencia hasta el año 2015, cuando el gobierno de Xi Jinping, decretó que se podían tener dos hijos, fueron treinta y seis años bajo el régimen de un solo hijo por familia. Con sorpresa para muchos, el pasado mes de junio del año en curso, el gobierno anunció que los chinos podrán tener hasta tres hijos, tal vez en un futuro cercano se permita más prole ante el notorio envejeciendo de la población, los chinos son muchos, pero muy viejos, según el último censo en China son alrededor de 1.412 millones de habitantes, el país más poblado del mundo.

En entrevistas a diferentes medios de comunicación, uno de ellos The New York Times, las mujeres chinas aducen que muy triste saber que sus cuerpos no les pertenecen y que sea el Estado quien decida cuántos hijos se puede tener. El problema, según ellas, es que en China todo se mercantiliza y tener un hijo es demasiado costoso, los gastos para la manutención de un bebé son exagerados y aun así algunas quieren tener más hijos, pero, para la gran mayoría económicamente es imposible, ya que a la crianza del bebé se deben sumar las matrículas escolares, la alimentación, vestidos, salud, recreación y otros gastos, además vivir en China sin trabajar o con poco dinero es muy difícil. La mayoría de las mujeres ya se acostumbraron a ser hijas únicas, a no tener hermanos para jugar o hablar, cuidar de sus padres viejos y morir solas.

Buscando más información para un ensayo que pretendo escribir acerca de la población mundial, me dediqué a leer revistas y periódicos nacionales e internacionales que me ilustraran acerca del tema. En un estudio (libro) con el título “Cuenta atrás”, la científica estadounidense especialista en fertilidad, Shanna Swan, documenta que la cantidad de espermatozoides de los hombres en occidente se ha reducido a la mitad en los últimos cuarenta años. De continuar tan alarmante declive en los próximos cincuenta años el hombre habrá perdido su capacidad reproductiva, haciendo que la infertilidad masculina disminuya la población mundial. Lo anterior se debe a una mala dieta, al estrés y al consumo exagerado de químicos en bebidas y alimentos, también al uso de detergentes, pesticidas y sobre todo del plástico. Dice el estudio que, a los cambios alimenticios, hay que sumarle la contaminación del agua y el aire, factores indispensables para la salud.

El mundo artificial está llevando a que los químicos afecten la testosterona, razón por la cual los hombres están presentando un aumento exagerado en infertilidad, de ahí que no se pueda culpar solo a las mujeres de trastornos en la salud reproductiva. Indiscutiblemente la contaminación planetaria también está afectando a las mujeres, dice la científica que ellas hoy son menos fértiles que sus abuelas, lo que determina que el estado actual de la salud reproductiva de ambos sexos pueda incrementarse y amenazar la supervivencia humana. Según pronósticos del estudio en mención, la población en Europa, China y Rusia se reducirá mientras que en India y África la duplicarán.

En algunos países europeos la población envejecida es abrumadora, niños y jóvenes se convirtieron en artículos de lujo, plazas, parques y zonas de recreación totalmente vacías, solo personas de avanzada edad pasean por estos lugares. Analizando el tema de la población desde otra arista, es válido recordar que muchos quieren vivir solos, de ahí que pululen los apartaestudio por todos lados, ahora, el problema no solo será que haya o no haya población joven, sino que eso afecta el consumo y por ende la economía de los países. Para terminar, me pregunto ¿qué pasará con la familia?, ¿cómo vivirá y procreará el hombre dentro de cien años? ¿Cuáles serán los miedos, creencias y apegos que lo perturbarán? Lo que si tengo claro es que esas familias tan numerosas como la mía tal vez no se vuelvan a ver, ¡tan berraquitos papá y mamá!

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Redacción Minuto30

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