Belén de Bajirá es Antioquia

De frente a todo el país, sin empacho de ninguna naturaleza, negociando a hurtadillas lo que no le pertenecía, en contra de la mayoría de la opinión pública, y lo más grave, en contra de la ley, ¡en un Estado de Derecho!, el gobierno nacional, encabezado por Santos, decidió despojar al departamento de Antioquia de unos territorios que históricamente son suyos y sobre los que ha ejercido jurisdicción y velado porque sus habitantes tengan calidad de vida, pues se ha preocupado de que tengan salud, educación y servicios públicos domiciliarios y ellos, según cuentan, se sienten más antioqueños que chocoanos y cantan el himno antioqueño, porque en esos territorios fue el que les enseñaron de pequeños y el que le han enseñado a sus hijos; ahora con la bochornosa, espuria y despojadora decisión del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, los dejaron a su suerte, ya el gobernador dijo que la ley le prohíbe seguir disponiendo de recursos públicos para ese territorio, se pena de desconocerla, que es lo que justamente ha hecho el gobierno nacional.

El sábado en la noche, como no podía ser de otra manera, el gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez, luego de enterarse del despojo y en virtud del cual el IGAC expidió un nuevo mapa modificando nuestro territorio, se dirigió a los antioqueños en una alocución televisada por el canal regional Teleantioquia, y con una actitud de gobernante adolorido, indignado y molesto, contó con lujo de detalles y con apoyo en normas legales, que Belén de Bajirá siempre ha pertenecido a Antioquia, mencionó dos conceptos del Consejo de Estado, organismo que entre otras funciones tiene la de absolver las consultas del ejecutivo, en los que le había dicho al gobierno que solo el congreso de la república podía adoptar, mediante ley, medidas sobre la materia objeto de discusión; y no solo eso, contó que también el IGAC desconoció la Ordenanza Departamental N° 47 de 1975, que creó a Belén de Bajirá como corregimiento de Mutatá; dijo que todo apunta que para conjurar el paro en el Chocó se tomó la decisión política de anexar a este departamento el mencionado corregimiento y de ñapa, de encima, le dieron a Macondo, Blanquiceth y Nuevo Oriente, que son corregimientos de Turbo, y que Antioquia no se quedaría cruzada de brazos frente a este atraco, que ya se instauraron acciones contencioso administrativas como de nulidad y restablecimiento del derecho, de cumplimiento y de tutela en orden a que se restablezcan las cosas a como estaban antes del atropello.
Esta decisión de facto nos recuerda a Putin, cuando anexó a Rusia la península de Crimea, la diferencia es que aquí no hubo armas, solo el delicado y sutil estilo de Santos de desconocer situaciones protegidas por el ordenamiento jurídico.

La más sabia, democrática y equilibrada decisión es que se consulte a los habitantes de estos territorios a qué departamento quieren pertenecer y la discusión quede zanjada por saecula saeculorum.

De un gobierno que se ha caracterizado por desconocer la voz del pueblo (remember el plebiscito del 2 de octubre); promover la impunidad por medio de la Jurisdicción Especial para la Paz; favorecer la excarcelación de criminales como Herminsul Arellán, responsable del atentado al club el Nogal y de alias Nader, de secuestrar ciudadanos americanos (hasta el embajador de Estados Unidos protestó); de querer legalizar la fortuna de la guerrilla por medio del decreto 903 de 2017, según prendió las alarmas el fiscal general; de permitir que la guerrilla haga política sin entregar las armas y por todo lo ancho del territorio nacional con ilustres acompañantes como Ernesto Samper, quitarle un pedazo de territorio a Antioquia debe resultarle un juego de niños.

En Antioquia la indignación es total, la ciudadanía toda, los gremios económicos y hasta los congresistas que hacen parte de la Unidad Nacional, se han pronunciado y han manifestado su apoyo al gobernador, ojalá eso se tradujera en no apoyar en el congreso algunas iniciativas gubernamentales. Esperemos a ver qué dicen los Barreras y los Benedettis, adalides de la lealtad y de la gratitud, que a toda hora salen a defender a Santos.