Un estudio asegura que los bebés y niños menores de cinco años que duermen menos de 10 horas en la noche son más propensos a tener sobrepeso u obesidad posteriormente.

Los investigadores encontraron que un sueño insuficiente en la noche puede suponer un factor de riesgo de obesidad cuando el bebé crezca y que tomar siestas no reemplaza los beneficios del sueño nocturno, según el estudio, publicado en la revista Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine (Archivos de medicina pediátrica y adolescente).

“Esto es algo que podemos cambiar para actuar contra el creciente problema de obesidad“, dijo la autora del estudio, la doctora Janice Bell de la Universidad de Washington.

Su estudio analizó los datos tomados de una encuesta nacional en 1997 y 2002. Bell encontró que los bebés y los niños hasta los cuatro años que no dormían lo suficiente en la noche eran “un 80% más propensos a ser obesos cinco años después comparados con otros que dormían bastante”. Sin embargo, Bell no encontró la misma relación con la obesidad cuando niños mayores de entre cinco y 13 años no dormían mucho en la noche.

¿Y qué hay de las siestas?
Los autores del estudio dijeron que las siestas no sustituyen a dormir de noche porque el sueño diurno y nocturno cumplen funciones distintas.

Por ejemplo: las siestas pueden ayudar a reducir el estrés y a estar más alerta para aprender, mientras que el sueño en la noche implica “complejas funciones biológicas, psicológicas y restaurativas”.

¿Cuántas horas deben dormir?

Por tanto un bebé de un año debe dormir entre 13 a 15 horas en la noche y cuando tienen menos de cinco años necesitan dormir de 11 a 13 horas en la noche.

¿Por qué la falta de sueño contribuye a la obesidad?
Aunque no se conoce del todo la razón, algunos expertos sugieren que cuanto más tiempo un un niño permanece despierto, más tiene que comer. Otra teoría sugiere que los niños que descansan menos están muy cansados para ejercitarse vigorosamente.

Jampolis aporta algunas sugerencias para ayudar a los bebés a dormir:

– Ceñirse a un horario definido.
– Tener un ambiente óptimo para el sueño: poca luz y poco ruido.
– Limitar la televisión antes de acostarse porque puede estimular en exceso al niño.

Vía PlanetaCurioso.com

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Redacción Minuto30

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