Sin lugar a dudas, dado el momento político que atraviesa el país, una visión sobre los candidatos a la presidencia de la República resulta trascendente.

Nos ocuparemos de aquellos que ganaron las consultas, Federico Gutiérrez, Sergio Fajardo y Gustavo Petro e incluiremos a Rodolfo Hernández por haber figurado, en varias encuestas realizadas en el pasado, con una fuerte probabilidad en las elecciones. De los restantes cuatro candidatos, Ingrid Betancourt, John Milton Rodríguez, Luis Pérez y Enrique Gómez quisiera también dar mis apreciaciones, pero el espacio de la columna no me lo permite.

Rodolfo Hernández, ingeniero y empresario exitoso del sector de la construcción. Logró la alcaldía de Bucaramanga entre 2016 y 2019, en una sorpresiva votación, entre otras, por su carencia de un historial político. No concluyó su mandato al renunciar, debido a una investigación por participación en política, por la cual la Procuraduría lo volvía a suspender.

Su gestión tuvo algunos buenos resultados por las obras realizadas en los barrios, centros de salud, salones comunales, canchas y parques, y la reconstrucción de la biblioteca Gabriel Turbay. Pero varios de sus proyectos considerados «bandera» no se llevaron a cabo: el Centro de Bienestar Animal, el plan maestro de espacio público, la reingeniería de Metrolínea y los «20 mil Hogares Felices». Su discurso ha sido calificado de áspero y agresivo, basado en el populismo antiestablishment surgido del mismo sistema, pero que en nuestro país le ha dado fuerza ante la poca credibilidad de la clase gobernante.

Curiosamente, después que dejó saber que de no llegar a la segunda vuelta apoyaría a Petro, ahuyentó a sus votantes y seguidores.

Federico Gutiérrez, conocido e inscrito en el tarjetón como Fico, es ingeniero y político. Fue concejal y presidente del Concejo de Medellín y luego su alcalde entre 2016 y 2019. «Fico», como se identifica en la campaña, igual a como aconteciera con » Lucho» Garzón, es quien aparece como un fuerte contrincante de Gustavo Petro, según se muestra y registra ya en las encuestas, luego de efectuada la consulta.

Ha recibido el apoyo del partido Conservador, Mira, Partido de la U, y se espera que se sumen más movimientos y partidos, entre ellos el CD, más aún cuando su otrora candidato renunció a su aspiración y anunció su respaldo personal a este candidato. Fico se ubica en el centro – derecha. Ahora bien, de una manera informal, no como plan de gobierno y por fuera de los debates, Fico ha planteado algunas líneas de acción.

La primera es la lucha contra la corrupción, mediante el endurecimiento de penas (un viejo conocido ) pero también propone la simplificación de los trámites en la vida de las personas del común como una táctica anticorrupción. La segunda tiene que ver con el fortalecimiento de la seguridad mediante la mayor y mejor operatividad de la fuerza pública. Y una tercera, crecimiento económico para generar empleo y oportunidades. Se destaca por llamar a la unión “sin divisiones, sin odios”, al respeto por la diferencia y la defensa de la democracia.

Sergio Fajardo, matemático, académico y político; alcalde de Medellín y gobernador de Antioquia, obteniendo varios reconocimientos. Fue fórmula vicepresidencial de Antanas Mockus en 2010 y candidato presidencial en 2018.
En 2019 fue llamado a juicio fiscal por el conocido caso de Hidroituango y en enero del presente año dejó de ser considerado responsable. Es autor de varias publicaciones. Se presenta como candidato de la Coalición Centro Esperanza, pero contrario a la significativa participación que tuviera en las presidenciales de 2018 su caudal electoral disminuyó notablemente y escasamente llegó en la consulta a sacar 700.000. El desinfle, quizás obedece a su demora en haber oficializado este año su aspiración y por supuesto, su permanente quejadera del gobierno de Duque que los hechos desvirtúan.

Gustavo Petro, economista y político, militó en la guerrilla urbana M- 19, grupo subversivo responsable, por citar solo uno de sus crímenes, de la violenta toma e incendio al Palacio de Justicia en el año 1985. Desde que aconteciera el Holocausto a la justicia Colombia cambió por completo su rumbo y los responsables, en su gran mayoría, fueron amnistiados con excesiva generosidad. Fue representante a la Cámara en 1991, 1998 y 2002.

En 2006 fue elegido senador. Aspiró a la presidencia en 2010. Entre 2012 y 2015 fue alcalde de Bogotá, en una gestión considerada desastrosa. En 2018 fue nuevamente candidato a la presidencia y al ser la segunda opción se hizo senador por el período 2018-2022.

Su partido es Colombia Humana, el cual conforma junto con la Unión Patriótica el llamado Pacto Histórico, al cual le brindó su apoyo el partido de los Comunes. El discurso de Petro se caracteriza, en lo económico, por propuestas irrealizables que tienen como objetivo seducir a una parte de la población infortunadamente poco educada. Por lo demás, es de un talante agresivo, vociferante, polarizante y de inocular odio a todo momento, lo cual permite predecir un nefasto futuro para Colombia si llegase a ser elegido presidente. Su falta de compostura y sus recientes mensajes, en medio de la ebriedad, imponen una opinión médica para saber si estaría facultado para ejercer el cargo.

El debate presidencial debe tomar altura, depurarse, mejorar sustancialmente en el terreno de las ideas y proposiciones. Algún candidato no dice más que tonterías y bravuconadas. Otro, se refiere demasiadas veces al gobierno actual sin presentar sus planteamientos. Un tercero permanece en un terreno de superficialidad. Las campañas no pueden ser tan flojas y en cierta forma mostrarse como “bacanes” sus aspirantes, es extraña esta forma de hacer política. Ocupar el solio presidencial, demanda tener comportamiento, postura y estatura de estadista.

Al Presidente le compete representar a nuestra nación es los más altos escenarios nacionales e internacionales. En mucho tiempo se habla de Petro y con Petro, y esto no le aporta nada al conocimiento que deben tener los votantes de las estrategias y políticas que formulan los candidatos. Es importante señalar que los debates no han tenido la altura que reclaman, centrándose en combatir la ideología de Petro, a la cual, de ese modo, se le da mucha importancia, sin hacer caso del dicho «si no se dice no existe».

El pueblo debe elegir recordando que hay quien ofrece “el cambio”, pero que cuando tuvo oportunidad de hacerlo demostró no sólo su incapacidad para administrar, sino que la transformación consistía en un retroceso para la ciudad.

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Redacción Minuto30

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