En las últimas semanas hemos sido testigos en Bogotá de una serie de eventos y decisiones por parte de la Alcaldía, que independientemente de sus motivaciones; afectarán de una forma directa o indirecta la salud y el medio ambiente de los bogotanos.

Me refiero a la licitación de los nuevos articulados de Transmilenio y la tala masiva de árboles liderada por el alcalde, dos hechos que son solo una muestra del desprecio del Alcalde Enrique Peñalosa por la opinión pública y el medio ambiente.

En el caso de la licitación de los buses de Transmilenio la ciudadanía alertó sobre los riesgos de continuar con una flota de buses obsoleta que funcione con base en el diésel cancerígeno, sin embargo el Alcalde se ha empeñado en ignorar estas voces de alerta y avanzó en la licitación que principalmente favorece a los articulados que funcionan con base en esta tecnología.

De otra parte viene creciendo la polémica por la tala reciente de varios árboles por parte del Distrito en las localidades de Chapinero y Teusaquillo, despertado la indignación de los ciudadanos que aún no encuentran razones técnicas que las justifiquen, a tal punto que La Personería de Bogotá inició una indagación preliminar contra funcionarios del Jardín Botánico por presuntas irregularidades en la socialización y las órdenes de tala en 26 proyectos paisajísticos.

Estos dos hechos son solo una muestra de la insensibilidad del Alcalde Peñalosa por los temas ambientales y por la opinión de los ciudadanos que lo eligieron, por lo que se hace urgente que desde ya pensemos en que el próximo alcalde de los bogotanos debe asumir un compromiso serio con la sostenibilidad y el diálogo popular.

Ya es hora que los bogotanos, nos atrevamos a soñar con una Bogotá vanguardista en cabeza de un alcalde comprometido con el medio ambiente; que se atreva a impulsar el uso de la bicicleta, la movilidad eléctrica, el uso de aplicaciones para mejorar la calidad de vida de los bogotanos, el reciclaje, los emprendimientos sostenibles, la universidad pública digital y una cultura ciudadana ética.

Tomemos la decisión de avanzar por fin hacia una Bogotá Sostenible; en la que se protejan nuestros ríos, reservas y humedales; en la que le garanticemos a los bogotanos respirar nuevamente un aire limpio; en la que pasemos de una economía lineal a una circular que genere beneficios socio-ambientales; pero sobre todo a una Bogotá en la que se escuche a la ciudadanía y en la que los ciudadanos empoderados que aman Bogotá jueguen un papel protagónico en la construcción de esa ciudad sostenible que todos soñamos.

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Redacción Minuto30

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