Capos en primera fila para ver a Petro en Medellín

Este sábado 21 de junio, Medellín no solo fue escenario de la muy sonada intervención del presidente Gustavo Petro, sino también de un espectáculo tan insólito como revelador. En un giro que dejó a más de uno con la boca abierta, varios vehículos del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), se abrieron paso hasta la Alpujarra done se encontraba la tarima presidencial. ¿La razón? Al parecer, el Gobierno se esmeró en ofrecer la “primera fila” a un elenco de lujo: capos detenidos en la Cárcel de Itagüí.

Sí, leyó usted bien. Entre los invitados de honor se encontraban figuras de la talla de alias Douglas, Tom, Lindolfo y Carlos Pesebre, entre otros. En total, una selecta delegación de nueve cabecillas, que incluyen a José Leonardo Muñoz Martínez (alias Douglas), Juan Carlos Mesa Vallejo (alias Tom), Freyner Alfonso Ramírez García (alias Carlos Pesebre), y otros nombres que resuenan en el prontuario criminal del Valle de Aburrá como El Indio, El Tigre o Ramón Chaqueta, El Saya, Albert y Juan 23. Al parecer, la idea era “fortalecer la presencia de las estructuras que por décadas generaron terror” en la región, ahora en una “mesa con el Gobierno”. ¡Vaya giro de guion!

La escena, digna de una película de realismo mágico colombiano, no pasó desapercibida. La senadora Isabel Zuleta, del Pacto Histórico, también se dejó ver en el “mencionado evento”, lo que añade una capa más de intriga a esta peculiar reunión. Algunos malpensados ya se preguntan si el “tal respaldo popular” del Pacto Histórico no será, ejem, un poquito “comprado” con “buses, refrigerios y lo que tengan que ofrecer”. ¿Será que estos capos, tan acostumbrados a los negocios, ahora ofrecen sus servicios como organizadores de eventos masivos?

Y es que, claro, no todos los días se ve a los cerebros detrás de bandas como El Trianón, La Unión, Niquía Camacol, Los Triana y La Agonía, compartiendo el mismo aire con el máximo mandatario en un ambiente tan… cívico. La Alpujarra se convierte así en un nuevo epicentro de la “paz total”, donde las viejas rivalidades parecen disolverse bajo el sol, o quizás, bajo la atenta mirada de un INPEC más que puntual.

En fin, si la democracia colombiana necesitaba un toque de surrealismo, esta cumbre de capos en primera fila para aplaudir al presidente es, sin duda, la cereza del pastel. ¿Se estará gestando una nueva era donde la “inclusión” alcanza niveles insospechados? Lo único cierto es que la próxima lista de invitados VIP a cualquier evento presidencial será, sin duda, motivo de gran expectativa.

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