Claudia López sigue improvisando con Bogotá.

Ahora son los motociclistas los que piden ser escuchados y no asfixiados por prestar su labor o utilizar las motos en la ciudad.

Es que las motos han terminando siendo el medio de transporte más económico de los hogares más necesitados. La ciudad creció tanto, y el Sistema de Transporte Masivo no llega a diferentes localidades de la ciudad que terminó siendo el medio de transporte para miles de hogares, el padre de familia que lleva a los hijos, la persona que presta un servicio de mensajería, de domicilios, en fin.

A nombre de la inseguridad de Bogotá no se puede sacrificar a quinientos veinte mil motociclistas, porque en Bogotá no hay quinientos veinte mil rateros. De manera que esta nueva improvisación de Claudia López lo que demuestra es la deficiencia a la hora de planeación e inversión, sobre todo en inteligencia para atacar el delito.

A eso estamos expuestos hoy en Bogotá, una ciudad donde la alcaldesa ha preferido hablar, negociar y entregar todo lo que pide la primera línea, pero asfixiar al comerciante, al emprendedor y ahora también al motociclista.

Estas improvisaciones nos han salido muy costosas a los bogotanos y sobre todo a los ciudadanos más necesitados.

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