Cuando en el año 2016 la Corte Constitucional dejó en firme varios artículos del Código Civil que hacen relación a que los animales son bienes que se pueden comercializar, me quedó claro que infiernos como los que viven estos seres en la Plaza Minorista serían muy difíciles de erradicar.

Hace diez años tuve la primera reunión con los catorce comerciantes de animales de ese lugar en el aula ambiental del Río para explorar posibles soluciones a tan cruel comercio, la propuesta inicial para que cambiaran de actividad económica sólo fue aceptada por uno de ellos, cerrando así las puertas a la reconversión de una compra venta de seres sintientes que por las condiciones de maltrato y hacinamiento no debería existir en ninguna ciudad del mundo en pleno siglo XXI.

Nos quedaban dos caminos, no hacer nada, o proponer una intervención arquitectónica del lugar para que al menos los animales no sufrieran tanto durante el proceso de comercialización, ahí empezó el calvario.

El proyecto tuvo múltiples inconvenientes, se nos cayeron los planes A,B y C, y al plan de D, que acaba de recibir la licencia de construcción por parte de la curaduría primera, le cayeron también las siete plagas de Egipto entre la necesidad de cambiar los diseños por orden de Planeación Municipal y los problemas para la ubicación temporal de los comerciantes mientras se desarrolla la obra, pero en fin, ya todo está listo para empezar en medio de sentimientos encontrados, no estamos de acuerdo con la venta de animales pero se siente un alivio por la disminución de sus sufrimientos.

“Adoptar, no comprar”, esa es nuestra lucha, por lo tanto será una obra para beneficiar a los animales, no para promocionar su venta, los locales están diseñados para cumplir con las normas básicas que dicta la etología sobre bienestar animal y tendrá el módulo la supervisión permanente por parte de la policía ambiental.

Sin embargo, hemos querido ir mucho más allá, con el apoyo de el senador Juan Diego Gómez y el representante Nicolás Albeiro Echeverri tenemos radicado en el congreso de la República el proyecto de ley  “Por el cual se regula la actividad de los Criaderos y la Comercialización de Animales en el territorio Colombiano”, controlar la crianza indiscriminada y exigir el cumplimiento de las normas de bienestar en los procesos de comercialización, sería el primer paso para empezar a solucionar la problemática del abandono y devolverle a los animales algo de justicia por la forma tan cruel en que el ser humano los ha tratado desde el inicio de la civilización.

Recuerden que un animal de compañía es un miembro más de la familia, necesita tiempo, espacios dignos, buena alimentación, atención veterinaria y mucho amor, si no se le pueden brindar estas condiciones, es mejor no tenerlos.

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Charlie Yncio

Amante del mundo digital, Ad Traffiker con más de 6 años en Minuto30 y encantado de ser parte de esta comunidad porque me encanta escuchar a la gente y saber que es lo que tienen que decir.

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